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Con el objetivo de evitar desmanes, los elementos de seguridad asignados al Estadio Azteca han decidido que las barras de los Pumas entren seccionadas.
La larga fila de seguidores auriazules es cortada y detenida paulatinamente, con el fin de que un número de personas sea perfectamente registrado y, tras quedar concentrado unos minutos en la explanada del inmueble, es dirigido hacia la cabecera sur, donde los seguidores más radicales del equipo dirigido por Francisco Palencia presenciarán el choque con el América.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, serán más de 4 mil policías encargados de mantener la paz en las inmediaciones del coloso de Santa Úrsula.
Hay confianza en arruinar la presentación de Ricardo Antonio La Volpe como entrenador de las Águilas.