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edgar.luna@eluniversal.com.mx
El estadio Azteca, la casa de la Selección Nacional, está al borde del veto.
Un portavoz de la FIFA confirmó que se ha vuelto a abrir un procedimiento disciplinario contra la Federación Mexicana de Futbol (FMF), debido a los gritos homofóbicos realizados durante el juego en el que el Tri recibió a Honduras, efectuado el pasado 6 de septiembre en la cancha del Coloso de Santa Úrsula.
Este sería el tercer procedimiento que se le levanta a México, y si el resultado es en contra, la sanción inminente sería la del veto.
De acuerdo con la resolución sobre la lucha contra el racismo y la discriminación, implementada en el pasado Congreso de la FIFA, en caso de presentarse estas acciones, las sanciones serían:
•En el caso de la primera infracción o de infracción menor, se aplicarán sanciones que comprendan advertencias, multas o disputa de partidos a puerta cerrada.
•En caso de reincidencia o de incidentes de gravedad se aplicarían la reducción de puntos, la exclusión de la competición o el descenso de categoría.
La Femexfut ya es doblemente reincidente: El primer procedimiento se levantó por el juego México-El Salvador, realizado el 13 de noviembre de 2015. La FIFA multó a la FMF con 395 mil pesos. El segundo fue por el encuentro en contra de Canadá, efectuado el 29 de marzo y la multa consecuente fue más severa: 650 mil pesos.
La Federación, desde la primera multa, apeló, alegando que las manifestaciones hechas por el público que asiste al Azteca son de carácter popular, no discriminatorio. “Es un tema que requiere más discusión, es un grito que se da en los partidos y no es de ahora y tiene diferentes significados. Ese tema surgió hace años, en el Mundial [de Brasil 2014] y el resultado fue favorable, así que tenemos un antecedente a nuestro favor”, dijo en su momento Guillermo Cantú, secretario general de la FMF, mas a pesar de los alegatos, se presentó la segunda sanción y ahora se ha abierto un tercer procedimiento.
La Federación en un intento por limpiar su imagen, instituyó la campaña Abrazados por el Futbol, que inició en el juego ante Canadá, pero sin los resultados esperados, ya que el grito siguió, incluso con más fuerza. La campaña se creó para “evitar que en el futbol mexicano se genere una práctica contraria al respeto y a la dignidad de las personas por cualquiera que sea la razón, así como prever comportamientos inadecuados que caigan en los supuestos de discriminación y racismo que tengan como consecuencia resultados lastimosos que empañen el desarrollo del espectáculo, y dar cumplimiento a las disposiciones que regulan la materia siendo referente continental de las acciones tomadas en contra de la práctica indebida del racismo y la discriminación (...)”.
Esto se debió tomar en cuenta a favor de la Federación, ya que en la mismo resolución contra el racismo se pide a la federaciones, actuar al respecto.
“Los organizadores de la competición elaborarán un plan de acción, el cual reflejará su intención de combatir todas las formas de racismo y discriminación entre jugadores, oficiales y aficionados”.
El Azteca está en peligro, y ahora más que nunca está cerca del veto, lo que obligaría a la Selección, posiblemente para los primeros juegos del hexagonal final rumbo al Mundial de Rusia 2018, buscar otra casa.
El propio Decio de María, presidente de la FMF, reconoció el peligro latente: “Hay diferentes instancias, diferentes grados de sanción. (...) no queremos llegar al día que lleguemos al último renglón [después del veto] que es muy claro, vamos a perder puntos”, reconoció.