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Junto a él se sientan Ricardo Peláez, presidente deportivo del club, José Romano, presidente operativo, además de los genuinos líderes del vestuario azulcrema: Moisés Muñoz, Rubens Sambueza y Oribe Peralta. Se trata del espaldarazo público a Ignacio Ambriz, tras la goleada recibida en el Clásico de clásicos (0-3), pero el hoy cuestionado estratega sabe que no cuenta con el respaldo del dolido pueblo americanista.
Es por eso que su mirada se enciende cuando Peláez es cuestionado sobre si existirá cambio de timón si no se da la vuelta olímpica en la hoy llamada Liga MX. Entonces sí, aparece la furia de un hombre que fue capitán de la Selección Mexicana durante buena parte de la década de los 90.
“Si no gano algún título [en el actual semestre], me voy yo... No se preocupen ¿Queda claro? También es para la gente”, advierte Ambriz, durante la conferencia de prensa realizada en las instalaciones de Coapa. “Si el resultado hubiera sido al revés ¿hubieran armado tanto pleito con la otra persona [Matías Almeyda, estratega del Guadalajara]? Verdad que no, pero es el América y soy Nacho Ambriz... Parece que les gusta tundirme bien y bonito”.
A lo que ya se acostumbró. No le ha quedado de otra, porque el sentimiento de buena parte de los seguidores amarillos hacia él ha sido animadversión, desde que fue nombrado hace casi 15 meses.
Ira que se potencializó con el estrepitoso revés sufrido ante el rival más enconado durante el torneo en el que el club celebrará 100 años de existencia. No fue motivo para buscarle sustituto.
Peláez revela que mantiene a Ambriz “porque lo veo trabajar día a día con los jugadores, veo que ellos en la cancha —con su esfuerzo— defienden su chamba, al director técnico, el proyecto de la directiva, por los números, los resultados que hemos obtenido”.
“Ya hemos ganado un título bajo la dirección técnica de Nacho Ambriz [Concacaf 2015-16], como ha sido con los entrenadores que han estado aquí en los últimos años... Es gracias al esfuerzo de los jugadores”, agrega al ex delantero. “Por la gran comunicación que existe, la alegría, la competencia, las ausencias que hemos tenido de jugadores importantes, porque hemos cumplido los compromisos que hemos tenido. Por muchísimas cosas, porque lo veo trabajar y observo esa ilusión de seguir ganando, porque asume el compromiso y exigencia de nuestra afición... Me puedo pasar media hora diciendo cosas”.
Nacho no se extiende tanto, pero vuelve a presumir la seguridad de que ganará algo durante los próximos meses: el Apertura 2016, la Copa MX o el Mundial de Clubes.
“Sí estamos muy apenados, porque entiendo al tipo que gana el sueldo mínimo y lleva a toda la familia a ver un Clásico, para que su equipo no rinda como debe... Sí es de preocuparme y [debo] saber que estamos en deuda con ellos”, reconoce. “En ese aspecto, no le he robado algo a alguien, me siento bastante tranquilo de dar la cara a quien sea y las críticas... Si a Dios lo criticaron, por supuesto que me van a llover muchas”.
Por lo pronto, las resiste.