Bilbao.— Agarrado al talento de Arda Turan y gracias a un solitario gol de Ivan Rakitic en el primer tiempo, el Barcelona se impuso 1-0 en San Mamés al Athletic de Bilbao en la segunda fecha de la Liga española.
El Athletic quiso repetir el fulgurante inicio de aquel partido de ida de la Supercopa de España, hace poco más de un año, en el que arrolló al Barcelona por 4-0. Agresivos y sin dar un balón por perdido, Los Leones estuvieron cerca de morder al campeón en los primeros minutos del juego.
Marc Andre Ter Stegen, que volvía a la titularidad tras la venta del portero chileno Claudio Bravo al Manchester City, estuvo cerca de revivir su particular pesadilla en San Mamés, donde recibió entonces cuatro tantos y permitió un gol desde el centro del campo por un despeje nefasto.
En esta ocasión, demasiado confiado en su capacidad de pase con los pies, el guardameta de origen alemán brindó el balón a Beñat que, con todo a favor para anotar, estrelló un violento disparo en el rostro del arquero, quien no se quejó del golpe. Ter Stegen enmendaba así su error a los 12 minutos.
El Barcelona sólo necesitó superar una vez la extenuante línea de presión del equipo vasco para adelantarse en el marcador y enmudecer por momentos a la apasionada grada de San Mamés.
Turan templó un delicado centro para la poderosa entrada desde atrás de Rakitic, que marcó de inapelable cabezazo. El Barcelona demostraba contundencia a los 21 minutos de juego.
El volante turco, eventual sustituto de Neymar en la temible vanguardia azulgrana conocida como MSN —Lionel Messi, Luis Suárez y el propio Neymar— no parece dispuesto a facilitar la titularidad al brasileño, cuyo regreso al equipo se producirá tras los encuentros de selección.
El gol no quebró al orgulloso equipo vasco. Recuperado del impacto, el estadio comenzó a animar a los suyos y la lluvia hizo acto de presencia aportando mayor épica al partido, escenario donde al animoso Athletic suele empequeñecer a sus rivales.
Sostenidos en la magia de Turan y el equilibrio constante aportado en el mediocampo por Rakitic, el Barcelona hizo estéril la presión del Athletic durante muchos minutos de la reanudación. El conjunto azulgrana controlaba el partido ante un cada vez más fatigado conjunto vasco, que al final vio con impotencia cómo el triunfo se escapaba.