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El nadador estadounidense Ryan Lochte y tres de sus compañeros inventaron un asalto a punta de pistola en Río de Janeiro para justificar los excesos de una noche de juerga que terminó con destrozos en una gasolinera próxima a la Villa Olímpica.
La investigación de la policía brasileña ha demostrado que el asalto nunca se produjo y los nadadores podrían llegar a ser acusados de comunicación falsa de delito y de destrozos, según explicó hoy Fernando Veloso, el jefe de la policía civil de Río de Janeiro, en una multitudinaria rueda de prensa, la más numerosa que han vivido los Juegos de Río.
Lochte, James Feigen, Gunnar Bentz y Jack Conger dijeron haber sido víctimas de un asalto a punta de pistola por hombres que vestían uniformes de policía tras salir de una fiesta en la madrugada del pasado domingo.
La investigación demuestra que los deportistas acudieron a una fiesta en el barrio de la Lagoa, donde habrían estado con tres mujeres jóvenes -a quienes busca la policía-, y antes de regresar a la Villa Olímpica, en Barra de Tijuca, tomaron un taxi y pararon en una gasolinera.
Los deportistas estaban bebidos y alterados, según los testigos, y realizaron destrozos en el baño y otras instalaciones de la gasolinera, lo que obligó a los empleados a intervenir y avisar a la policía militar y a los guardias de seguridad.
Los guardias trataron de retenerlos a la espera de la policía, pero los nadadores se les enfrentaron y uno de ellos les apuntó con una pistola.
Finalmente, pagaron 20 dólares y 100 reales (unos 33 dólares) por los destrozos, subieron al taxi y regresaron a la villa olímpica, según relató el jefe de la policía.
Veloso subrayó que, pese a que uno de los guardias de seguridad les apuntó con su arma, "no hubo ningún tipo de violencia con los atletas" ni abuso de autoridad.
La investigación policial, las imágenes de los vídeos de la gasolinera y la Villa Olímpica confirman que no existió asalto alguno, insistió.
Además, las declaraciones prestadas hoy ante la policía brasileña por dos de los nadadores involucrados, Gunnar Bentz y Jack Conger, ratifican las conclusiones de la investigación.
La Justicia prohibió el miércoles la salida del país de los cuatro deportistas, pero Lochte ya había viajado a Estados Unidos y Feigen se encuentra en paradero desconocido.
La policía sacó anoche de un avión a Bentz y Conger cuando se disponían a regresar a EE.UU para que prestaran declaración.
Aunque se negaron a declarar en la comisaría del aeropuerto, hoy acudieron de nuevo a testificar y cooperaron con la policía local.
Veloso apuntó que, después de prestar declaración, no ve motivos para mantener la prohibición de que abandonen el país, pero "es una decisión de la Justicia".
Mario Andrada, portavoz del comité organizador de los Juegos de Río, se limitó hoy a comentar que los deportistas "estaban divirtiéndose, haciendo una fiesta, la vida sigue".
Mientras, el escándalo ha provocado ya un intensa reacción en las redes sociales, donde se multiplican las críticas contra Lochte, el más popular y considerado el "cerebro" de la invención del asalto, porque fue quien lanzó esa versión, y que además mantiene contratos millonarios con reconocidas firmas asociadas al deporte.
Tras el escándalo, que primero puso en evidencia a Brasil en las primeras páginas de la prensa mundial y ahora está poniendo en apuros a Lochte y sus compañeros, el jefe de la policía de Río considera que los deportistas deben, al menos, una disculpa al pueblo brasileño.