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hector.morales@eluniversal.com.mx
La banca no es un lugar cómodo para la resignación. Menos cuando se tiene el ímpetu de un joven Sub-23 y están unos Juegos Olímpicos enfrente. Gibrán Lajud, Marco Bueno y Érick Torres están dispuestos a pelear por minutos, por abandonar el martirio de la suplencia.
Dicen que no les importa que le tengan que pelear a los estelares Alfredo Talavera [portero] y Oribe Peralta [delantero] por un puesto en el 11 inicial que presente Raúl Gutiérrez en Río 2016. Los jóvenes descartan rendirse. Venderán cara —aseguran— la suplencia.
“Yo no creo que sea una batalla perdida. Si no, la verdad para qué estaríamos aquí. Tenemos que pelear por un lugar. No importa que sean gente de experiencia [los refuerzos], nosotros tenemos que pelear por ser considerados”, expresa el atacante Marco Bueno.
“No [estamos condenados], hay que seguir trabajando. Sólo inician 11 jugadores, pero los que quedamos en banca, estamos preparados para jugar cinco minutos, 10 o 45; todo el partido. ‘El Potro’ va a definirlo. Es gente que viene de refuerzos, pero estamos preparados para ser tomados en cuenta”, anuncia Érick Torres, atacante del Houston Dynamo de la MLS.
Ambos jóvenes tienen la consigna de “derrotar” a Oribe. Difícil misión. Peralta fue el héroe para el Tri en la conquista de la medalla de oro en Londres 2012 y vuelve para reforzar al combinado mexicano.
El “Cepillo” es un delantero consolidado en el balompié mexicano. Si bien, no ha sido monarca de goleo en la Liga MX se a caracterizado por mantener una regularidad en los últimos años con Santos y América, su actual club. En su carrera, suma 176 goles en 488 partidos. Antes de integrarse definitivamente al Tri Olímpico marcó un hat-trick con las Águilas ante Toluca, lo que lo convierte en referente en ataque del cuadro nacional.
Como contraste, el “Cubo” Torres apenas suma nueve encuentros [323 minutos] en este 2016, con una asistencia y no ha podido marcar en lo que va de la campaña de la MLS. Su trayectoria registra 40 goles [22 con Chivas USA] y 18 con el Guadalajara de México.
Bueno posee la etiqueta de campeón del mundo Sub-17, en la que estuvo bajo las órdenes del “Potro”. El hoy futbolista del Rebaño Sagrado cuenta que esa logro “no es una ventaja, porque el lugar hay que ganárselo demostrando que eres capaz de cumplir con las exigencias que tiene este grupo”. Como profesional, tiene 14 anotaciones en 73 encuentros en los que ha sumado tres mil 346 minutos.
Los tantos de Marco y Érick Torres sumados no llegan ni a la mitad de lo registrado por Peralta, quien dio el estirón después de los 25 años de edad, luego de deambular en la intrascendencia y la carencia de oportunidades para mostrarse.
Apretaré a “Tala”: Lajud. Gibrán Lajud acumula 31 partidos y dos mil 771 minutos. Su reto, que señala reconoce sin contratiempos, es la de buscar quitarle la titularidad a un hombre que suma casi 23 mi minutos más que él: Alfredo Talavera.
El guardameta de Toluca tiene dos títulos de Primera División y goza del prestigio de ser un seleccionado nacional absoluto en los últimos años.
Pero Lajud está convencido de que puede poner en aprietos al experimentado Talavera. No en balde, durante la preparación mexicana viajaba durante tres horas a la Ciudad de México proveniente de Tijuana, donde juega con los Xoloitzcuintles, para estar bajo las órdenes de Raúl Gutiérrez.
“Para crecer en lo futbolístico y generar una competencia deportiva que nos haga mejorar a todos y estar en un gran nivel en los Juegos Olímpicos”, apunta.
“Estoy convencido de que estoy aquí para complicarlo a él [‘Tala’] y la decisión de a quien va a poner en la portería el entrenador” augura.
Gibrán Lajud, como sus otros dos compañeros, descartan claudicar por más difícil que sea mandar a la suplencia a los refuerzos olímpicos, quienes están llamados a marcar diferencia en el Tri Olímpico.
En sus caras se les nota la ilusión por ver minutos en Río 2016, ser parte activa de la potencial de una medalla. Tienen ánimos de pelear, de no dejársela fácil a esos jugadores consagrados: Alfredo Talavera y Oribe Peralta. Los jóvenes buscan pelea, prometen darla. No se resignan a calentar la banca.