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En San Ignacio Guazú, del departamento de Misiones en Paraguay, nació hace 37 años, Darío Anastacio Verón, símbolo de los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México y uno de los mejores defensas centrales que han jugado en el futbol mexicano.
Verón llegó a los felinos en 2003 procedente del club chileno Cobreloa, a la edad de 24 años, con el fin de reforzar al equipo en ese entonces dirigido por otro símbolo: Hugo Sánchez Márquez.
Trece años después sigue siendo referente y no se ve para cuándo quiera dejar su sitio.
“Es un excelente profesional, por eso ha permanecido durante tantos años siendo un baluarte en la defensa de Pumas. Su rendimiento, a pesar de la cantidad de años que tiene, sigue siendo fantástico”, dice su ex compañero Bruno Marioni vía telefónica.
El nivel que maneja el paraguayo, a pesar de su veteranía, es lo que más llama la atención: “El secreto de esto —agrega—, es, dejando de lado su profesionalismo, el cariño y amor que siente por los Pumas de la Universidad, eso es algo claro e invaluable, que ya no se ve”.
Sin duda alguna, Verón es un líder en el terreno de juego, aunque fuera de éste..., “es muy reservado. No es tan extrovertido de vestidor para fuera, en la intimidad, quizá un poco más, pero al final es una persona que no tiene muchas palabras, eso sí, es super divertido cuando se desata”, afirma el argentino.
Marioni asegura que a pesar de su edad, “Darío es de esos jugadores que a cualquier técnico le gustaría tener por muchos años. Creo que el club y él mismo han sabido cuidarse y ojalá esté en Pumas por mucho, muchos años más”.
En su estancia con los Pumas, el paraguayo ha ganado cuatro títulos de Liga: Clausura y Apertura 2004; Clausura 2009 y Clausura 2011 y un campeón de campeones: 2003-2004. Dos veces más ha sido finalista de la Liga Apertura 2007 y Apertura 2015 y una en la Copa Sudamericana en 2005.
Y lo mejor de todo es que a pesar de su edad y de que ya se le notan algunas deficiencias físicas, no hay quien le haga sombra en la zaga universitaria, siendo pieza clave en el esquema de Paco Palencia.
Cuando el ocaso acabe de caer sobre su carrera, Verón seguramente quedará en la historia como uno de los mejores centrales del futbol mexicano.
Veteranos. Darío Verón no es el único veterano que en México sigue derrochando clase. Hay varios ejemplos en diferentes equipos de la Liga, quien más resalta es sin duda Óscar Pérez, quien a sus 43 años sigue siendo titular con Pachuca; o Antonio Naelson ‘Sinha’, que de 40 años da lecciones en el Toluca. También está gente como Federico Vilar en Xolos, con 39 años; el ‘Patrón’ del equipo nacional mexicano y del Atlas, Rafael Márquez, sigue siendo imprescindible a sus 37, Carlos Salcido asumió el rol de capitán del Guadalajara a los 36, la misma edad con la que cuenta el portero del América Moisés Muñoz y el volante del Cruz Azul, Aldo Leao Ramírez. Con 35 se encuentran jugadores de la calidad de Christian Giménez y Jesús Corona. de Cruz Azul.
Darío Verón es una muestra de que para el futbol no hay edad, porque mientras la calidad exista, las piernas sólo son un instrumento a la orden del cerebro.