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Siempre se espera mucho de los jugadores que vienen de Ligas europeas. A priori su nivel futbolístico debe ser superior al de los locales.
Abraham González llegó a Pumas proveniente del Espanyol del Barcelona. Porta el legendario 10, la posición que crea el juego bonito, la jugada antes del gol. Pero el ibérico, por el momento, juega como medio de contención con los felinos.
“Me siento bien. Quiero aportar para ayudar al equipo”, dijo el profesional de 31 años.
Aseguró que tiene una conexión especial con Javier Cortés, quien comparte la mediacancha. “Hacemos las dos labores: defensiva y ofensiva. Nos entendemos muy bien. A su lado me facilita mi labor”.
De las tres caras nuevas de los universitarios, Abraham es el único que ha jugado los 180 minutos del torneo. “No sabía que ya iba a jugar tantos minutos en mis primeros partidos. Sin embargo estoy preparado para lo que Paco [Palencia] me pida”, afirmó.
El español prometió que su ritmo y el de los Pumas, quienes no han mostrado su mejor cara en la ofensiva, subirá de nivel en los próximos enfrentamientos.
“Estamos tranquilos porque es el comienzo de la Liga”, explicó. “Pero seguramente con el trabajo de la semana y los entrenamientos agarraremos más confianza”, añadió optimista.
El español tendrá responsabilidad de mantener el equilibrio el centro del campo y crear un futbol lujoso.