Lille.— Si hasta ahora Francia había ganado sin brillo y en el último suspiro sus partidos contra Rumanía y Albania, este domingo se invirtió el guión en Lille, donde la anfitriona de la Eurocopa sedujo ante Suiza con un futbol vistoso, animado esencialmente por Pogba, que no encontró el premio de la victoria.

El empate en el Pierre-Mauroy de Lille (noroeste) coloca a Francia como primera del Grupo A (7 puntos) y a Suiza segunda (5 puntos), ambas clasificadas por delante de Albania (3) y Rumania (1).

Francia, que llegaba al duelo con la clasificación para octavos en el bolsillo, se jugaba el liderato del grupo y reencontrarse con su afición, decepcionada al ver que su equipo había sufrido para derrotar en el último suspiro tanto a Rumania (2-1) como a Albania (2-0).

Para Francia no sólo se trataba de ganar, sino de seducir a una afición hastiada por las polémicas en torno de una selección que no logra enamorar en su Euro, en la que hasta ahora se ha hablado más de batallas de hinchas que de futbol.

Los de Didier Deschamps interpretarron el contexto y salieron a demostrar que son candidatos al título, con Pogba en el papel de hijo pródigo tras el ruido generado por su supuesto corte de mangas en el último partido.

Situado en banda izquierda, con Evra por detrás y Griezmann por delante, el mediocentro de la Juventus se echó el equipo a la espalda y se convirtió en una pesadilla para el combinado helvético, aunque al final, Francia tuvo que conformarse con el empate a cero.

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