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edgar.luna@eluniversal.com.mx
Houston.— Allá en Hermosillo, por las calles y también por los parques de la calurosa ciudad, Jesús Manuel Corona Ruiz, “Chuchito”, como le decían, tomaba el balón y se enfilaba a la portería.
Enfrente de él estaban sus amigos… “El Púas”, “El Araña”, “El Pollo”, “El Sapo” y algunos otros más. Jesús Manuel imaginaba, planeaba, intentaba, soñaba con pasar entre ellos con el balón controlado y anotar un gol… No lo conseguía.
Años después, el sueño se hizo realidad y en plena Copa América, en partido oficial de la Selección Mexicana, portando el “10” que alguna vez utilizó su ídolo Cuauhtémoc Blanco. Lo logró. Pasó entre cinco, seis, ¿quién los cuenta? Un reto parecido a los de aquellas tardes en Hermosillo, sólo que esta vez sí lo consiguió. Anotó y de promesa se volvió realidad, figura y crack.
Ya se habla en todo el mundo del llamado “Tecatito”, un joven que aún parece niño, un niño que comienza a codearse con la gente grande.
—¿Estás en tu momento?
“Siempre trabajo para estar en mi mejor momento… Sí lo estoy, pues hay que trabajar para seguir en ese nivel. No hace mucho que empecé en esto”.
—¿Ha sido rápida tu evolución?
“La verdad es que he crecido mucho de dos años a la fecha. Me han ayudado muchas cosas a madurar, el irme a Europa, la llegada de mi hijo y siempre querer más. Y sí, he mejorado, estoy muy contento”.
—¿Han sido duros los golpes?
“Muy duros, pero es bonito levantarse, así te caigas mil, mil 500 veces hay que levantarse el doble. La vida es así. Todos hemos tenido algo de experiencia en eso. Cada vez que resbalo, me motivo para levantarme y llegar más lejos”.
—¿Te gusta jugar donde te pone Osorio, por las bandas?
“Me siento muy bien en su esquema. Creo que me pone donde necesito y quiero devolver esa confianza a él, a mis compañeros”.
—¿Dicen que los extremos están en extinción?
“El futbol ha cambiado mucho. En eso está lo de los extremos, pero el profe Osorio tiene ese don de leer el futbol muy bien y nos da la confianza para jugar donde nos sentimos cómodos naturalmente”.
—¿Osorio tiene un don?
“Claro que sí. Estamos muy contentos con él y queremos devolverle esa confianza que ha depositado en nosotros”.
—Dicen que habla mucho y se le entiende poco... ¿Ustedes sí le entienden?
“Yo sí le entiendo. Sé lo que quiere, a dónde quiere llegar: a la gloria. Aunque parezca difícil de entenderlo, él siempre busca la gloria, ganar y ganar, es lo que nos han transmitido desde que llegó”.
—¿Te sientes en la élite?
“Me siento feliz, orgulloso. Motivado de estar en este punto en el que algún día soñé estar, ahora despierto y bueno... Pienso en mi familia y espero seguir haciendo lo mismo durante varios años más”.
—Ahora te van a ver más, igual y te dan más patadas... ¿No te da miedo?
“Patadas siempre hay, donde vayas y… miedo… No hay miedo a nada. Hago lo que me gusta. El miedo siempre estará ahí, pero creo que es más adrenalina que otra cosa. Yo lo que quiero es luchar y jugar”.
—¿Dónde estarías si no jugaras al futbol?
“Estudiando, mis padres me inculcaron siempre eso, aunque no me guste mucho. A lo mejor sería arquitecto, pero le aposté al futbol”.
Y desde pequeño tuvo una imagen a la cual seguir, a Cuauhtémoc Blanco. “Mi ídolo. Yo le iba al América. Me gustaba como leía el juego. Sé que no tengo ese tipo de juego, y ahora uso el ‘10’, como él”.