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daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Calurosa tarde en la Ciudad de México. El sol quema con intensidad poco después del mediodía, aunque sus estragos son imperceptibles para los 114 mil 580 aficionados presentes en el Estadio Azteca, dispuestos a ser testigos de la historia. Lo harán... Con un ‘bonus track’ inolvidable.
Es el domingo 15 de junio de 1986. La Selección Nacional enfrenta a Bulgaria, por los octavos de final en la Copa del Mundo. Los entonces dirigidos por Velibor Milutinovic se imponen (2-0). Habrá quinto juego, aunque el momento que guardan las pupilas es la fantástica media tijera con la que Manuel Negrete abre el marcador.
Treinta años después, el ex volante rememora para EL UNIVERSAL uno de los clásicos instantáneos en la historia del Tricolor.
—¿Fue tu mejor gol?
“Uno de los mejores. Definitivamente, el Mundial es lo más importante, porque hice uno aquí contra Puebla, el cual me gustó más por la hechura y técnica... Fue una chilena totalmente. Pero éste tiene una importancia que no se compara, porque fue en el Mundial, con el momento, también la técnica del golpe y las condiciones del juego”.
—Cuéntanos ¿cómo fue...?
“Un rechace por el lado derecho de Amador, Hugo [Sánchez] estaba de espalda. La tomó Rafael Amador... Él y yo nos conocíamos perfectamente. Me ve en el centro, me filtra un balón, el cual alcanzo a controlar, porque un defensa de Bulgaria quería cortarlo; se lo regreso a Javier Aguirre, quien me lo da de pared, pero me lo tocó muy bien, allá arriba, para intentar ese tipo de jugada y prenderlo. Cuando tengo el golpe de balón, siento que tiene la fuerza, potencia y colocación necesarias para batir a [Borislav] Mikhaylov, quien entonces era considerado uno de los mejores porteros de Europa”.
—¿Estabas consciente de lo que acababas de lograr?
“Fíjate que en ese momento sentí que íbamos 1-0. Realmente, no pensé en la Copa del Mundo, en la trascendencia que pudiera tener. En ese momento, sentí que ya teníamos el 1-0 y debíamos ir por más goles. Teníamos el compromiso de aspirar a ganar una Copa del Mundo”.
—¿Cuándo lo dimensionaste?
“Al término del partido, un tío, el profesor José Luis Guzmán Negrete, llegó muy emocionado al Centro de Capacitación y me dijo: ‘No sabes lo que acabas de hacer’. Yo estaba pensando en el próximo partido, que era contra Alemania, le dije: ‘Que sea menos. Fue un gol y ya, nos dio la clasificación’, pero después de 30 años me estoy dando cuenta de la importancia de las palabras de mi tío”.
—¿Cómo te enteras de que se pondrá en el Azteca una placa conmemorativa por tu gol?
“Antes de la final [de la Copa del Mundo], nos dicen que van a poner esas placas: la del gol de [Diego Armando] Maradona, que había sido contra Inglaterra [en cuartos de final], y el mío. Dije, en su momento, que esa placa la compartía con mis compañeros y el extraordinario público que estuvo con nosotros”.
—¿Qué te dice que la gente todavía recuerde tu gol?
“Me deja muy contento, satisfecho, y no nada más por ese gol, sino por los 20 años que jugué al futbol. Es bonito que te recuerden por este gol que se logró hace 30 años, con la ayuda de mis compañeros, el apoyo de la gente...”.