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edgar.luna@eluniversal.com.mx
Jesús Manuel Corona tomó la pelota, tomó aire y se enfiló hacia la portería de Venezuela. A su lado, los de amarillo trataban de alcanzarlo y cuando lo rodeaban cinco, escondió la pelota, la hizo “chiquita” y metió un gol de antología que empató el juego ante Venezuela y evitó un largo viaje a Boston, nada menos que para enfrentar a Argentina.
Empate sufrido el que rescató México del NGR de Houston, igualada a un gol que le quitó la posibilidad de seguir imponiendo algunas marcas, pero que le ayuda a ganar su grupo y así enfrentarse contra el segundo lugar del sector D, que saldrá del duelo Chile-Panamá.
Y finalmente se evitó a la Argentina de Messi.
Marcador que le deja enseñanzas al equipo de Juan Carlos Osorio. Muchos cambios provocan confusiones. Algunos jugadores no estuvieron a su nivel y el sistema empleado se mostró caduco y predecible.
Una genialidad salvó el invicto: 22 juegos ya sin perder, pero deja dudas. Se ganó el grupo, pero en credibilidad se dio un paso atrás.
Los venezolanos comenzaron el juego muy revolucionados, mientras que México lo tomó con calma. Los desbordes de Hirving Lozano avisaban que el juego se podría controlar, pero se vino la noche cuando, en pelota parada, Tomás Rincón recentró para el espectacular remate de José Manuel Velázquez que venció a Jesús Corona.
Por primera vez, Juan Carlos Osorio se encontraba en desventaja con el Tri, y como las desgracias nunca llegan solas, Javier Aquino tuvo que dejar el juego por lesión, dándole entrada a Jesús Manuel Corona, que después sería el hombre clave.
México comenzó a desesperarse, sus argumentos no eran suficientes para provocar verdadero peligro. Osorio gastó de más la tinta roja, hasta que dejó de apuntar y comenzó a gritar. Vivía el lado negativo del equipo mexicano, que no llegaba a las pelotas, que perdía las divididas y no hilaba dos pases seguidos.
Las fintas del ‘Tecatito’ no engañaban a nadie. Los pases de Guardado no llegaban a su destinatario. Oribe correteaba a los defensas y no los defensas a él. El árbitro no veía una clara mano venezolana a remate de Héctor Moreno... Y el grito de “Eeeh pu...” volvía a aparecer.
Venezuela ya no pasaba de media cancha, pero México tampoco, a pesar del dominio que ejerció.
La entrada de Miguel Layún como lateral izquierdo tuvo la intención de abrir más el campo, de encontrar asociaciones que rindieran frutos. El cambio de hombre no modificó lo que pasaba en la cancha.
Osorio no aguantó más y metió a Javier Hernández. La entrada de “Chicharito” por Molina obligó a Guardado y Herrera a sacrificarse en recuperación. El Tri, con cuatro al ataque, ya iba por el todo.
Hernández tuvo la primera y la mandó al tiro de esquina al rematar con el hombro. Enseguida Moreno y el mismo ‘Chícharo’ vieron sus remates salvados en la línea venezolana.
Vino un claro jalón de Velázquez sobre Hernández del cual el árbitro no se dio cuenta. El “Tecatito” hizo una de sexto año, pero se la quiso “comer” solo y envió el balón a un lado.
Osorio ya no gritaba, ya no apuntaba. Todo lo que podía haber hecho, lo hizo. Y apareció el “Tecatito” para componer todo con una jugada de ‘crack’. Todavía el otro Corona, el portero, salvó otra chilena de Rondón, pero de lo que más se salvó el Tri fue de viajar a Boston, a jugar contra Argentina de Messi.