Filadelfia.— Luis Suárez estaba hecho un demonio en la banca. Quería entrar, salvar a su equipo. Pero su técnico no lo metíó a jugar. Uruguay lo extrañó y quedó eliminado de la Copa América Centenario. Fracaso charrúa.

El considerado mejor delantero sólo pudo ver desde la banca cómo su selección caía con Venezuela por la mínima diferencia, para sumar la segunda derrota del torneo continental. Suárez sólo recriminaba la decisión que pudo ser determinada por la lesión que acarreaba.

El atacante del Barcelona de España fue un espectador cuando Salomón Rondón empujó el esférico hacia la portería de Fernando Muslera (39’). También cuando Edinson Cavani envió un disparo hacia afuera, lo que pudo significar el empate y la sobreviviencia uruguaya. De ahí, la ira de ‘Lucho’ por no ver acción. La Celeste se va a casa [0 puntos]; Venezuela a cuartos de final [6 unidades].

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