Algunos cojean, otros acusan dolor en las pantorrillas y sólo unos cuantos no presentan molestias físicas. Son las huellas dejadas por el primer capítulo de una eliminatoria impregnada de morbo, porque ambos clubes pertenecen al mismo consorcio, pero los jugadores del Pachuca aseguran que la intensidad mostrada sobre el lienzo verde del estadio León es irrefutable prueba de que no existe ‘hermandad’, mucho menos arreglos con La Fiera.

“Son cosas que se dicen, pero a estas alturas no existen los hermanos. Aquí todos queremos ganar”, sentencia Franco Jara, goleador de los Tuzos. “Fue un partido muy trabado. No estuvimos en nuestro nivel, nos costó un poco, pero es un excelente resultado”.

Las suspicacias generadas por la confrontación entre los dos clubes de Grupo Pachuca han molestado a sus integrantes, quienes consideran haber dejado claro que no hay contemplaciones con sus parientes. “En lo personal, nunca he pensado que existe esa hermandad a la hora de jugar”, comparte Víctor Guzmán, volante de contención de los Tuzos. “Todos sabemos la importancia que tiene este ‘clásico’ entre familia, pero a nosotros nos daba lo mismo que fuera ante el equipo que sea. Si hubiera sido Chivas o el que fuera, íbamos a enfrentarlo de la mejor manera y a intentar ganar”.

Porque recuerdan que uno de los principios más sagrados de cualquier futbolista es ganar. La mayoría son adictos al néctar de la gloria, así es que se opondrían a cualquier decisión extracancha que hiciera inclinar la balanza hacia alguno de forma premeditada, descubren.

“No existe, para nada [algún acuerdo]”, sentencia Óscar Pérez, actual meta del Pachuca y ex de los Rayos. “Esas son puras especulaciones, lo cual hace que se generen cosas en torno a los juegos, pero queremos ganar, acceder a la siguiente fase y quedan 90 minutos que van a ser muy duros”. 

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