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edgar.luna@eluniversal.com.mx
El ‘Martínez-Slim Bowl’, la serie Pachuca-León volverá a tener otro capítulo en su historia cuando se enfrenten por las semifinales del Clausura 2016.
De inmediato se presentaron las especulaciones de que el enfrentamiento carnal no será del todo “limpio”, dada la consanguineidad empresarial existente, ya que Jesús Martínez y Carlos Slim son socios en la propiedad Pachuca-León, lo que para los directivos de ambos equipos es una falta de respeto.
“Esa es una completa falta de respeto para los jugadores. Ellos, los van a ver, se van a romper el alma para llegar a la final y lo hará el que juegue mejor y entienda mejor los partidos”, dijo convencido Marco Garcés, director deportivo de los Tuzos.
Su contraparte guanajuatense, Rodrigo Fernández, recordó que estos dos clubes “ya jugaron una final (Clausura 2014 ganada por León) y se demostró que ambos equipos sólo piensan en ganar, no en otro tipo de cosas a las que no le hacemos caso”.
40 y 20. Es claro que el duelo será entre la juventud tuza y la veteranía leonesa.
“Son chavos, pero con mucha experiencia —mencionó Garcés—. Los jóvenes han madurado, ya tienen cuando torneos. (Rodolfo) Pizarro es un elemento muy joven nacido en 94 y tiene más de 100 partidos en Primera División, (Érick) Gutiérrez e Hirving Lozano ya se le están acercando, tienen bastante experiencia, y esperemos que ésta sea la buena“.
Pero los que pintan canas no se quedan atrás, “tenemos gente que sabe de lo que se trata ser campeón, ya probaron la miel y seguro que quieren volver a saborearla. Será una serie muy pareja”, afirmó Fernández.