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Roberto García Orozco vivirá su segundo Clásico de Clásicos. En el primero, se “comió” el silbato cuando se registró una mano de Paul Aguilar en el área del América que colaboró con un empate a cero en el Estadio Azteca.
En aquel encuentro del 1 de noviembre de 2014, el lateral americanista cortó un servicio peligroso para Omar Bravo con el antebrazo. El silbante que volverá a impartir justicia en el Coloso de Santa Úrsula no lo decretó y dejó que la jugada siguiera su curso, pese a la flagrancia de la infracción.
Al América, García Orozco le ha dado suerte en los últimos cuatro partidos, mismos en los que ha ganado en fila.
Sin embargo, el Guadalajara tampoco ha padecido con ese juez central, pues no ha caído en los últimos tres partidos (dos triunfos y un empate).
No hablan de árbitros. Ricardo Peláez es un hombre habituado a perder las apelaciones ante la Comisión Disciplinaria que realiza. Por eso, prefiere no hablar del arbitraje ni de nadie involucrado en impartir justicia futbolera en la Liga Mx. El silencio, afirma, el dirigente azulcrema, es un aliado. No quiere polémicas.
“No vamos a hablar del árbitro ni la disciplina, esa la vamos a arreglar en casa”, sentenció el presidente deportivo de las Águilas.
Agotados y reventa. Las entradas para ver el Clásico en el Estadio Azteca se encuentran agotados, según informó elsistema electrónico de venta de boletos.
En Ticketbis, los pases alcanzan precios que van desde los mil 200 hasta 21 mil pesos en la zona Especial Bajo del Coloso de Santa Úrsula.