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El Wolfsburgo dio la sorpresa de la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones mostrando su mejor versión para derrotar por 2-0 al Real Madrid, sin capacidad de reacción y víctima de su endeblez defensiva, que tuvo una noche negra en la ciudad alemana.
El favoritismo del Real Madrid era claro y los únicos que parecieron no creérselo fueron los jugadores del Wolfsburgo. Sólo el arranque fue parecido al que se esperaba, con un larga posesión madridista que terminó con el balón en la red. El tanto no subió al marcador por fuera de juego de Cristiano Ronaldo, y el ritmo siguió con el planteamiento en el que el conjunto alemán se fue apropiando poco a poco del partido.
El Wolfsburgo esperaba cerca de la línea central. Buscaba cerrar espacios sin apretar demasiado para no perder el orden y lanzaba avances puntuales. Tuvo una ocasión clara el equipo de Zidane en el minuto 13, cuando el meta del Wolfsburgo Diego Benaglio sacó un mano a mano con Karim Benzema y el rebote le quedó a Gareth Bale que remató desviado.
Sin embargo, pronto se vio que, contra el pronóstico de muchos, el partido no iba a ser un monólogo madridista. El primer anuncio lo había dado el Wolfsburgo con un desborde por la izquierda de Julian Draxler que centró a la cabeza de Bruno Henrique, que remató muy débil a las manos de Keylor Navas.
En el minuto 17 otra vez un centro de Draxler llegó al área donde Casemiro derribó a André Schürrle, al que no vio cuando se dirigió al balón. El penalti lo ejecutó el suizo Ricardo Rodríguez que no dio opción a Keylor Navas y le destrozó su récord de imbatibilidad en Liga de campeones.
El gol llenó de confianza al Wolfsburgo, que parecía sentirse cada vez mejor con la pelota. Con velocidad sacó a la luz las carencias defensivas del Real Madrid. En el 22 Maximilian Arnold, tras robarle un balón a Cristiano, lanzó un avance peligroso pero su centro al final no encontró a Schürrle.
En el minuto 25 fue Arnold el que esperó en el área un centro desde la derecha de Bruno Henrique para marcar el segundo superando a Navas de corta distancia. Draxler, que fue una pesadilla para Danilo, había iniciado la jugada metiéndole a Bruno Henrique un gran pase al área.
Lo mejor del Real Madrid venía de los desbordes de Bale, que en el minuto 33 dejó en el camino a Vierinha para lanzar un centro que Benzema conectó de cabeza pero desviado. Cuando caía al costado izquierdo desequilibraba.
El partido en todo caso estaba de cabeza para el equipo blanco. En la reanudación lo intentó incesantemente sin acierto. Su posesión no se fructificó en acciones de gol. Generaba llegadas sin remate de peligro. La más clara una de Cristiano en el minuto 73 cuando falló sólo ante Benaglio.
Los contragolpes del Wolfsburgo siguieron siendo peligrosos en la segunda parte cuando el Real Madrid optó por adelantar sus líneas. Zidane buscó frescura en el centro del campo dando paso a Isco por Modric y a James Rodríguez por Toni Kroos, pero ninguno de los dos jugadores con más ganas de reivindicarse lograron ser el revulsivo esperado, aunque Isco aportó mucho.
No recortó distancias el Real Madrid pese a sus intentos y sólo le queda pasar página, recuperar sensaciones y buscar la remontada en la vuelta en el estadio Santiago Bernabeu. El camino a la Undécima exige rememorar el pasado con una noche que tendrá que ser mágica para levantar el accidente en Alemania.
hgm