El Sevilla, vigente campeón de la Liga Europa, se clasificó para su tercera semifinal seguida de su torneo talismán pese a perder 1-2 con el Athletic Club, al imponerse en la tanda de penaltis después de que Beñat Etxebarría fallara el único de los diez que se lanzaron, tras un partido épico.

Los bilbaínos, que perseguían meterse en una semifinal europea cuatro años después de perder su segunda final ante el Atlético, le plantaron cara al campeón y en el segundo tiempo forzaron la prórroga con un gol de Aduriz, luego igualado por Kevin Gameiro, y otro decisivo de Raúl García a diez minutos de la conclusión.

Era una cita a 'vida o muerte'. No valían medias tintas, y se notó desde el inicio. El Sevilla cubrió las bajas del lateral zurdo galo Benoit Tremoulinas, por lesión, y del mediapunta argentino Éver Banega, por sanción, con Escudero e Iborra, respectivamente, con Vitolo y el danés Krohn-Dehli en las bandas, y Kevin Gameiro arriba.

Con el 1-2 en contra, el Athletic, sin el central Laporte ni los delanteros Williams y Merino, lesionados, tenía que ir a por todas y su técnico, Ernesto Valverde, puso a su once de gala, con San José y Beñat en el medio, confiando todo a su goleador Aduriz y con Susaeta como extremo derecha, aunque sorprendió con Íñigo Lekue en la otra y dejando a Muniain, que falló en el 1-1 en la ida, en la suplencia.

Pero los sevillistas sacaron su mejor nivel, salieron con gran intensidad y muy concentrados, controlaron el juego y no pasaron apuros, salvo en un error defensivo a los 5 minutos que no aprovechó Aritz Aduriz, máximo artillero de la Liga Europa con 9 tantos, pues el francés Timothée Kolodziejczak, muy atento, desbarató el peligro.

El Athletic, pese a su voluntad, no se encontraba a gusto sobre el campo y no tomaba el dominio del partido para lo que necesitaba, que era, ni más ni menos, marcar al menos dos goles, mientras que el Sevilla se mostró superior y pudo adelantarse a los 9 minutos, pero el francés Adil Rami remató alto un buen centro de Krohn-Dehli.

Aún así, el equipo entrenado por Unai Emery concedía demasiadas acciones a balón parado a los bilbaínos, pero siguió con un fútbol serio y sobrio, sin renunciar a generar peligro arriba, como en un tiro sin consecuencias de Krohn-Dehlin y en una falta posterior lanzada por el danés, que no encontró rematador a la media hora.

De ahí al descanso, los vizcaínos se fueron creciendo, pero sin un rumbo claro. Se obcecaron en centros laterales que siempre ganaba la zaga del cuadro andaluz, que, muy firme, mantuvo en todo momento el sitio y el tipo. Sólo le dio opción en fallos puntuales, como en uno de Kolo en el último minuto de esta mitad, pero el tiro de Raúl García, que volvía tras su sanción, lo detuvo Soria sin problemas.

La reanudación comenzó con una tónica similar, con el Sevilla muy bien situado en el campo y sin dejar espacios al rival, además de que muy pronto dispuso de una clara opción en un remate de Iborra que despejó Herrerín. Aún así, cada vez se vio más atosigado por el Athletic, ya con Iker Muniain en el césped al sustituir a Lekue.

Con este cambio ofensivo de Valverde y acuciado por la obligación de remontar, los bilbaínos apretaron y, en medio de intentos intermitentes, encontraron el premio a su mayor pujanza a los 57 minutos, al marcar el 'matador' Aduriz, su gran baza ofensiva, el 0-1 en una jugada personal que culminó con un remate raso y ajustado en el que David Soria no estuvo muy afortunado.

Bien poco le duró la alegría a los 'leones', a los que les hacía falta otro gol, porque el Sevilla, herido en su orgullo, sacó la costa y apenas dos minutos después una genial jugada a la contra de Vitolo, pletórico de fuerza, llegó al polaco Krychowiak y su centro, desde el extremo derecho, lo remachó a gol el francés Kevin Gameiro.

El 1-1, el tanto número 24 de Gameiro esta temporada, llevó a Valverde a jugárselo todo al poner al mediocampista Iturraspe por el central Eneko Bóveda. En los sevillistas entró el ucraniano Yevhen Konoplyanka por Krohn-Dehli, con molestias, y luego, ya con el empate, el uruguayo Cristóforo por Iborra para tener más el control.

El Athletic sufrió un duro revés al lesionarse a los 70 minutos Aduriz, al que sustituyó Viguera, y estuvo a punto de verse fuera del torneo a un cuarto de hora del final en una acción de Gameiro que solventó, magistral, Herrerín, pero esto no fue óbice para que redoblara su empuje hasta igualar la eliminatoria con un cabezazo de Raúl García, que se adelantó a la media salida fallida de Soria.

El Sevilla acusó mucho el 1-2, cuando ya casi se veía con el premio en sus manos, y a partir de ahí fueron los vascos los que dominaron la situación, aunque se llegó a la prórroga. En ella, los andaluces salieron con más ímpetu, aunque con las lógicas reservas, como el Athletic, porque ya cualquier error hubiera sido decisivo.

Así ocurrió a los siete minutos del tiempo extra, pero Susaeta, solo, lanzó fuera de milagro, mientras que N'Zonzi cabeceó al poste tres minutos después y el rechace de Coke lo sacó San José bajo los palos, y luego Konoplyanka lanzó una falta que desvió con apuros Herrerín al final del primer tiempo de una prórroga muy intensa.

Ambos se vaciaron. El Athletic, con el exbético Beñat llevando la manija, lo intentó con centros al área o en tiros de Viguera y Raúl García, casi al final, y el Sevilla buscó alguna contra, pero a los dos les pesó el desgaste y se llegó a la 'lotería' de los penaltis.

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