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El Bayern Múnich avanzó hoy por quinto año consecutivo a las semifinales de la Liga de Campeones del fútbol europeo al igualar 2-2 con el Benfica como visitante y aprovechar el 1-0 que había logrado en el encuentro de ida.
El mexicano Rául Jiménez abrió el marcador para los portugueses a los 24 minutos, pero el chileno Arturo Vidal, a los 38', y el alemán Thomas Müller, a los 52', dieron vuelta el resultado para el equipo de Josep Guardiola, hasta que Talisca, a los 75', selló la igualdad.
A pesar de la ventaja lograda en el primer partido, el Bayern salió a imponer su ley en el campo adversario. Guardiola sorprendió en el arranque al resignar a su goleador, el polaco Robert Lewandowski, para poblar la mitad de la cancha, con lo que el campeón alemán buscó mantener el control del balón.
El planteo del Benfica, en cambio, fue de cautela, como si no le importara la derrota en Múnich. El conjunto de Rui Vitória agrupó hombres entre el mediocampo y la defensa, que se paró en línea para intentar provocar el fuera de juego de los atacantes alemanes.
Los locales avisaron en el inicio con un tiro libre de Eliseu que se desvió en Joshua Kimmich y salió pegado al palo izquierdo del arquero Manuel Neuer. Pero a partir de ese momento se agazaparon, dejaron crecer al Bayern y esperaron su oportunidad en terreno propio.
Como el equipo de Guardiola no cambiaba el ritmo, el Benfica tampoco sufría en su portería. Apenas se inquietó con un centro de Philipp Lahm, que Müller remató de primera y provocó que la pelota saliera muy cerca del segundo palo.
El trámite del juego era monótono, con un abúlico dominio del Bayern, sin grandes llegadas al arco rival. Sin embargo, los portugueses rompieron esa monotonía con un pelotazo de Eliseu que parecía no tener grandes consecuencias y que se convirtió en una asistencia perfecta para Jiménez por la fallida salida de Neuer.
El mexicano picó habilitado, le ganó la posición a Javi Martínez y David Alaba y aprovechó la salida en falso del arquero alemán para convertir el empate con un cabezazo ante la portería vacía.
El gol en contra motivó que el Bayern le agregara más profundidad a su juego, al tiempo que el Benfica reafirmó su planteo inicial.
Fue entonces cuando Lahm volvió a desbordar por la derecha y envió un centro para la entrada de Müller, que fue anticipado con lo justo por el arquero Ederson. Sin embargo, el despeje al medio le cayó servido a Vidal, que tomó la pelota de primera y con un potente remate la colocó de zurda junto a un palo.
El impacto anímico del gol del empate afectó demasiado al Benfica, que sintió que la eliminatoria ya era irremontable. Sin hacer méritos había anotado un gol, pero ahora estaba obligado a marcar dos para poder avanzar.
Por el contrario, el Bayern se terminó de quitar los complejos y ya no abandonó el dominio del juego.
Además, en el inicio del segundo tiempo terminó de sentenciar a través de Müller, con una jugada de estrategia. Tras un córner desde la izquierda, Javi Martínez bajó de cabeza la pelota al medio, donde apareció libre Müller para anotar el segundo tanto.
Por más que quedaban casi 40 minutos, la serie se terminó con esa jugada. El Benfica ya no tenía reacción ni desde lo mental ni desde lo futbolístico, ante un Bayern confiado y dominante.
Incluso, a través de Douglas Costa pudo aumentar la diferencia, pero el brasileño primero no controló bien una asistencia de Thiago Alcántara y permitió que Ederson lo anticipara, y unos minutos más tarde el palo le negó el tanto.
El magnífico tiro libre que Talisca colgó del ángulo izquierdo de Neuer a falta de un cuarto de hora, apenas sirvió para que el Benfica se despidiera con una sonrisa. El Bayern cuidó la ventaja con la pelota y llegó al cierre sin mayores sobresaltos.
De esa manera, el Bayern se garantizó por quinto año seguido su presencia en las semifinales de la Champions y dio un paso más en busca del ansiado triplete de Bundesliga, Copa alemana y Liga de Campeones antes de la despedida de Guardiola.