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Guadalajara.— Un nombre de talla mundial, unido a un club grande de México. El rumor era tachado de “descabellado”... Pero se volvió realidad. El 23 de febrero de 2012, el dueño de Chivas, Jorge Vergara, lo confirmaba con palabras que magnificaban la contratación: “Traer a Johan Cruyff es como traer al Papa del futbol”.
Así comenzó la relación del célebre holandés, ícono del llamado “futbol total”, con el Club Deportivo Guadalajara. Paradójicamente, el mismo que anunciaba su llegada sería el que impediría que la relación prosperara. Apenas nueve meses después, la historia habría de terminar. Pero antes, Cruyff dejaría legado a su paso por la Perla Tapatía.
Dos días después de la confirmación de su contratación, el sábado 25 de febrero, cerca de mil aficionados se reunieron en el estadio Omnilife para dar la bienvenida al holandés. “Tenemos la gran fortuna de contar con el mejor entrenador del mundo y un instituto que se ha preparado para hacer el mejor futbol del mundo, esto es algo soñado, un sueño que tuve hace casi 10 años, el poder contagiar a alguien como él en el proyecto de Chivas y hoy lo tenemos aquí”, dijo Vergara.
El entonces técnico del equipo, Ignacio Ambriz, ya había advertido, un día antes, que la sola presencia del holandés como asesor de la institución no cambiaría la realidad del equipo. “Nadie es mago”, advirtió. Johan Cruyff, aquel sábado de su presentación, coincidió: “Esto no quiere decir que el primer equipo gana mañana sólo porque estoy aquí. No. Es absurdo, así no funcionan las cosas”.
Con todo su carisma, “enamoró” a los seguidores rojiblancos desde su primer contacto. “Chivas es un club diferente a la mayoría, casi puedes decir en el mundo, porque tiene valores, bases en otras cosas, ya se ha demostrado en Holanda y ahora así está funcionando el Barcelona, con esos valores. Hay mucha calidad aquí, pero siempre hay detalles por ajustar”, sentenció para dar inicio al idilio.
La misión era clara y Jorge Vergara prometía, como otras tantas veces, apoyo incondicional. “No soy tonto, y respetar el conocimiento que ellos tienen es principio básico. Tiene la libertad de hacer lo que decidan de Chivas y si lo lograron con Barcelona, mi esperanza es que Chivas se convierta en uno todavía mejor que el Barcelona, con un ingrediente importante: que somos sólo mexicanos”, afirmó.
Cambios de su mano. Y la promesa se cumplió al menos en los primeros meses. Johan Cruyff delegó el proyecto a su yerno Todd Beane, quien se estableció de planta en Guadalajara junto a ocho entrenadores de distintas nacionalidades que trajo para trabajar en las fuerzas básicas del Rebaño Sagrado, mientras realizaba un diagnóstico profundo del estado de Chivas para determinar los pasos a seguir.
El primer cambio importante se anunció el 23 de abril, con la contratación del holandés John Van’t Schip como técnico del Rebaño Sagrado, cuando la expectativa era de alguien con un nombre de mayor peso. “Hubo que deliberar todo esto, poner nuestro técnico, que ha sido uno de los futbolistas preferidos para mí, cuando yo era entrenador del Ajax, él era muy joven, era extremo derecho y muy técnico. Su manera de pensar sobre el futbol, yo creo que es idónea para Chivas”, justificó Cruyff.
Después, el 16 de mayo de 2012, se reveló que el entonces llamado estadio Omnilife dejaría atrás, con una millonaria inversión, el césped artificial que había tenido desde su inauguración y se colocaría pasto natural, a petición de Johan Cruyff. La modificación, anunció la directiva en un comunicado, se debía al “apoyo irrestricto que se le ha conferido (al holandés) en la reestructura del área de futbol, para implementar ese sello de excelencia dentro y fuera de la cancha”.
La ruptura. El arranque del Torneo Apertura 2012 ya no fue sencillo. La relación dueño-asesor se volvió ríspida y detonó el 27 de octubre, cuando Cruyff cuestionó la administración de Vergara y sus pobres resultados, y finalmente, el 2 de diciembre de 2012, la directiva anunció, a través de un comunicado, el final anticipado de la relación de las Chivas Rayadas con Johan Cruyff.