De la mano de su tridente, el Barcelona marcó una muesca más en su fusil el miércoles, cuando ganó 3-1 al Arsenal, sumó su 38vo partido seguido invicto en todas las competiciones, décima victoria consecutiva de local en la Liga de Campeones, y avanzó a los cuartos de final por noveno año ininterrumpido.

Bajo una intensa lluvia en el estadio Camp Nou, el cuadro londinense encajó un baño de fútbol aunque no de goles por parte del Barsa, que jugó a medio gas y aun así selló sin dificultades el boleto a la siguiente ronda europea, haciendo valer el 2-0 favorable del partido de ida.

Y lo hizo nuevamente gracias al poderío del argentino Lionel Messi, el brasileño Neymar y el uruguayo Luis Suárez, quienes se repartieron los goles y contabilizan ya 106 en la temporada.

Neymar abrió la lata a los 18 minutos, sepultando de un plumazo las escasas esperanzas de remontar del Arsenal, que niveló transitoriamente por vía de Mohamed Elneny a los 51, pero acabó claudicando con los tantos de Suárez a los 65) y Messi a los 88.

Los "gunners" afrontan ahora un difícil panorama, distanciados en 11 puntos del líder Leicester en la liga Premier y sin títulos a cuales aspirar en la temporada, posiblemente la última de Arsene Wenger tras dos décadas al timón.

El Barsa sigue con paso firme en la competición continental y mantiene intactas sus aspiraciones de repetir como campeón y quizás también revalidar triplete, pues ya clasificó a la final de Copa del Rey y comanda con autoridad la liga española, a falta de nueve fechas para la conclusión del campeonato.

Mesut Oezil fue el primero en probar suerte con una rosca desviada, pero fue un espejismo de las posibilidades reales del Arsenal, más voluntarioso en la previa que expeditivo sobre la cancha, donde quedaron ampliamente reflejadas las diferencias existentes entre ambos equipos.

Cuando el Barsa se presentó en el área visitante, lo hizo con estruendo y dejando la tarjeta de vista de Messi, malabarista en el control de una diagonal aérea de Neymar, y venenoso en el remate, que tapó con grandes reflejos el colombiano David Ospina.

Exhibido el músculo ofensivo, los azulgranas efectuaron el golpe en el siguiente arribo, también con el tridente de protagonista por vía de Suárez, quien filtró un balón raso a Neymar, hábil en el control y definición al poste más cercano.

Con ventaja a favor, el dominio del Barsa creció hasta acomplejar a un Arsenal falto de genio en el cuerpo a cuerpo y desorientado en las áreas, donde el chileno Alexis Sánchez malogró la mejor ocasión de su equipo con un cabezazo desviado y el joven Alex Iwobi retrató los males de los "gunners" al tropezarse él mismo en posición favorable.

Pero con el descanso llegó la metamorfosis visitante y sorpresivo gol de Elneny, quien alojó en el rincón izquierdo de Marc-André ter Stegen un excelente cruce de Sánchez.

Entregado al ritmo del chileno, el Arsenal optó por la verticalidad pasional, pero en el trance desatendió lo justo su defensa para exponerse a dos serios avisos de Messi a pases de Neymar, el primero un tiro cruzado repelido por Ospina, el segundo un mísil ligeramente desviado.

Advertidos por reiteración, los hombres de Wenger cerraron filas interiores, pero aparecieron entonces Dani Alves por la derecha y el instinto depredador de Suárez en el área, donde el charrúa empalmó de tijera el centro del portugués, sacando las telarañas de la escuadra más lejana.

El 2-1 liberó tanto a unos como a otros, y Danny Welbeck se animó con un zurdazo al poste de Ter Stegen, que evitó el empate en un tiro libre directo de Sánchez y posterior remate de Olivier Giroud.

Las buenas prestaciones del arquero alemán plasmaron nuevamente la superioridad barcelonista, subrayada con el tercero de Messi en exhibición de tesón y calidad, peleando el balón hasta picarlo por encima de Ospina, víctima de las limitaciones del Arsenal y la inspiración de un tridente para la historia.

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