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Ni propuesta. Ni chispazos. Ni momentos de buen futbol. Ni resultado. Nada de nada. Se le llama equipo... pero no lo es. El Guadalajara, como conjunto, no ha existido este domingo en la cancha del Estadio Omnilife. Individualmente, tampoco. Y León ha aprovechado para llevarse el 1-0 que recrudece la crisis del Rebaño Sagrado: cuatro puntos de 18 disputados.
En un horario poco habitual y con movimientos en su cuadro titular, el Rebaño Sagrado salta al campo, el mediodía de este domingo, con la urgencia de un triunfo, pero también con serias deficiencias en su funcionamiento. La primera parte, el cuadro local es prácticamente anulado por un adversario que le cierra cualquier vía de acceso.
Sólo al minuto tres, Chivas toca la puerta. Carlos Cisneros, desde el costado izquierdo, recorta hacia el centro. Elude un par de rivales. Se acomoda a su perfil natural, el derecho, y saca un disparo que William Yarbrough controla a dos tiempos. Eso es todo. No hay más para el cuadro rojiblanco. Es lo único que produce. El resto del lapso inicial es de los Panzas Verdes.
Pero tampoco es que los Esmeraldas pisen a fondo el acelerador. Genera a cuentagotas. Carlos Salcedo pierde la pelota cerca del medio campo. León toma mal parada a la zaga local. La jugada culmina con un zurdazo de Mauro Boselli. Antonio Rodríguez se tiende y se queda la redonda, al '16.
Entonces, el encuentro se hunde dramáticamente en una laguna. El visitante tiene más la pelota. Mucho más. No se la presta al Guadalajara, que se pierde en la escasez de recursos y la precariedad de variantes. Da la impresión, por largos minutos, que es sólo cuestión de que se atrevan los dirigidos por Luis Fernando Tena. El problema es precisamente ese: no se deciden.
Hasta el '42, nuevo peligro. El tiro libre desde la izquierda le pasa a todos. Falla la defensa. También el arquero. Chivas y su eterno sufrir a balón parado. Sobre la línea de gol, el capitán Omar Bravo se tiende y estira la pierna. Milagrosamente, saca la redonda que estaba por llegar a las redes.
Para la segunda parte, ya no vuelve Carlos Peña. Inadvertido en el primer tiempo. El “Gullit” simplemente no logra conectar desde su llegada al Rebaño Sagrado. Pero Chivas no encuentra otro color: es gris su ataque. Centro del “Deditos” Raúl López, al '47, que Omar Bravo mide mal de cabeza. Ni esa, que era una fórmula probada, funciona.
El Guadalajara preocupa. Otras veces, la propuesta vistosa o el buen futbol exhibido por lapsos le salvaba. Este domingo, ni eso. No ofende. No defiende. No existe. En el campo, León juega solo. Eventualmente tiene que decidirse. Y lo hace. El zurdazo de Juan Cuevas, que obliga al vuelo del guardameta, pero que se escurre por un lado, al '57, es el aviso de que los Panzas Verdes van por todo. A fin de cuentas, no hay oposición.
Tiro de esquina por el costado izquierdo. Dentro del área, la pelota es elevada. Antonio Rodríguez mide mal. Pésima salida. Salta. Las manos en alto. Choca con el debutante Marco Granados. El contacto es con su compañero. Y sin embargo, el Rebaño Sagrado reclama una falta. Como Chivas en el campo: no existe.
Mauro Boselli, detrás del “Pantera” Granados, sólo tiene que empujar la redonda a las redes. Gol de León, al '77. El conjunto rojiblanco explota en protestas contra el árbitro. Todos van tras silbante Fernando Guerrero. Lo rodean. Hay gritos, mientras los esmeraldas celebran en la banda derecha, entre una lluvia de cerveza. Aparece una tarjeta roja. Es para Jair Pereira. Levantar la voz al árbitro le ha costado caro.
Con uno menos y en desventaja, el Rebaño Sagrado simplemente muere. El tiempo transcurre sin respuesta alguna. No hay con qué. Era cuestión de decidirse y León se lleva el primer triunfo de su historia en el Estadio Omnilife. Guadalajara, en cambio, no conoce la victoria en el Clausura 2016. Suma 4 puntos de 18 posibles. Y cada vez más, agradece la existencia de Dorados. De otra forma, el descenso estaría muy cerca.
hgm