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El Cruz Azul tiene a uno de esos técnicos que optan por el anonimato cuando su equipo gana, mas el contexto de la victoria sobre Jaguares (2-1) obliga a Tomás Boy a modificar el ritual. Sonriente, el ‘Jefe’ aplaude la fuerza anímica de un grupo que se repuso a la tempranera expulsión del ‘Maza’ Francisco Javier Rodríguez, además de un penalti en contra.
“[La victoria] significa mucho, porque es un pequeño premio para lo hecho en las tres primeras jornadas”, considera el estratega celeste. “A veces, las victorias se dan como hoy [ayer]: cuando el equipo eleva la parte anímica. Vale mucho”.
No es que desdeñe lo futbolístico, porque esta Máquina llena sus pupilas, pero aplaude ese amor propio que tanto reclamó el castigado pueblo celeste durante los más recientes años.
“La garra siempre ha estado. Jugamos mejor. Lo que más me preocupa es cómo recuperamos la pelota, no debe ser tan atrás”.
Porque eso genera errores, como el del ‘Maza’. Boy revela que, durante el descanso, diseñó una estrategia que no fue seguida.
“[La tarjeta roja] me cambia la idea, porque no pude ver a un chico [Víctor Zúñiga]”, lamenta. “Hice ajustes, pero los jugadores pensaron otra cosa y salió mejor”.
Sobre el polémico trabajo del árbitro Diego Montaño opina que “fue para los dos lados”. La novatez hace esa parte. “Hay un problema generalizado, pero tiene que ver con criterio futbolístico”.
Racismo celeste. En la segunda mitad, un pequeño sector de la afición cruzazulina hizo sonidos guturales (en clara referencia a un simio) cuando Avilés Hurtado, atacante colombiano de los Jaguares de Chiapas, tocaba la pelota. El futbolista del conjunto visitante no se manifestó al respecto.