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En las principales Ligas de América, el número de foráneos es lo de menos, porque “se tiene confianza en lo que se hace en casa”, opinaron para El UNIVERSAL especialistas latinoamericanos.
En Chile, el periodista Héctor Aguerre afirma: “Lo que más nos interesa no es cuántos jugadores nacionales o extranjeros se tengan, sino el trabajo que se hace en la cantera y cómo crecer más”.
En el torneo andino, los clubes podrán contratar a cinco jugadores extranjeros, pero sólo estar al mismo tiempo cuatro: “Se ha ido reduciendo, antes se contrataba a siete y jugaban cinco, además, un juvenil tiene que jugar mínimo 675 minutos en un torneo y los naturalizados pueden jugar sin restricciones”, agrega Aguerre.
En Paraguay, por ejemplo, durante algunos torneos se permitió jugar a cuatro extranjeros, además de naturalizados, después se redujo a tres y ahora sólo se permite que estén en cancha dos. “Esto se hizo porque la realidad es que los clubes no tienen tanto dinero para gastar en traer gente de fuera y es mejor invertirlo en casa. Además, para apoyar más a los juveniles se obliga a que un Sub-19 juegue en todos los partidos por lo menos el primer tiempo”, comenta Rubén Darío Orué, coordinador de la Radio Deportiva 780 de Asunción.
Los naturalizados en el país guaraní son vistos “como paraguayos y punto. La selección está llena de ellos, y no lo vemos como un problema. Lo importante es que jueguen los mejores”.
La confianza en su producto interno es lo que destaca en Uruguay. “Aquí no hay restricciones con los extranjeros, un equipo puede contratar a cuántos quiera, pero sólo pueden jugar tres al mismo tiempo. Si se llega a romper la regla, el equipo pierde puntos”, comenta Diego Muñoz, de ESPN en Uruguay.
Para los naturalizados “no hay impedimentos, son uruguayos, tienen derecho a jugar y lo hacen quienes son mejores”.
—¿Esto no frena el crecimiento de los jóvenes?
“Para nada. Para los jóvenes no hay ayuda alguna, debutan cuando tengan que debutar, en el momento en el que el técnico lo define. Igual acá no hay demasiados problemas con eso, porque el futbol uruguayo exporta mucho y los jóvenes debutan todo el tiempo”.
El futbol argentino es otro ejemplo de la libre competencia. Jorge Zannoli, reportero de Radio Porteña, afirma: “Acá se permiten cuatro extranjeros y cuando un jugador se llega a naturalizar es raro. La realidad es que aquí lo importante es debutar jóvenes”.