Un dirigente del COI reconoció el miércoles que la crisis económica y política en Brasil "inevitablemente" afectará los Juegos Olímpicos del próximo año en Río de Janeiro.
A menos de ocho meses de los Juegos, Brasil atraviesa una profunda recesión, y la presidenta Dilma Rousseff encara un juicio político y un escándalo de corrupción relacionado con la compañía estatal de petróleo Petrobras.
Los organizadores de los Juegos presentaron el miércoles ante el comité ejecutivo del COI un informe sobre los preparativos, y destacaron que están "ajustando todo" y trabajando con las federaciones deportivas y los comités olímpicos para asegurar que los Juegos no se descarrilen.
El vicepresidente del COI, Craig Reedie, dijo que ha habido "grandes avances" en meses recientes en las obras en Río. Sin embargo, admitió que los brasileños "tienen problemas políticos y económicos" que "inevitablemente afectarán los Juegos".