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Para ganar un título, el equipo debe de actuar como tal, como un conjunto, una maquinaria en la que todas las piezas funcionen como un reloj, y cuando un elemento es sustituido debe hacer que la maquinaria no lo resienta.

Y si esas piezas de reserva son “de lujo”, pues qué mejor.

El América de Ignacio Ambriz se ha caracterizado por eso. El técnico ha decidido para los dos juegos de cuartos ante León, dejar en la banca a jugadores que por su sola presencia, por su jerarquía, por su precio, podrían exigir estar en el terreno de juego y no calentando banquillos.

El equipo de Coapa se ha dado el lujo de tener 11.9 millones de dólares en la banca en los cuartos de final. Y en una plantilla valuada en poco más de 40 millones, eso es un lujo.

“Dejar en la banca a jugadores de nombre, que tienen mucha jerarquía siempre es difícil, pero he hablado con ellos, y han entendido”, dice Ambriz, quien como jugador fue capitán tanto de Necaxa como de la Selección Nacional, así que sabe de manejo de grupo.

En el primer juego por los cuartos, celebrado en el Estadio Azteca, el técnico del América dejó como reserva nada menos que a Oribe Peralta y a Javier Güémez, uno de sus referentes y el otro una de las contrataciones que más llamó la atención para este torneo. Oribe está tasado en 3.7 millones de dólares, según el sitio Transfermaket, en tanto que el contención en 2.4.

América hizo ingresar al terreno de juego 6.1 millones. “Los muchachos saben que son un equipo y para que este funcione no puede haber envidias. En estos momentos, más allá de la competencia interna que siempre hay, tenemos que fijarnos en la meta grupal”.

Para el encuentro de vuelta, los “consagrados” que estuvieron de cambio, fueron Darwin Quintero y Darío Benedetto (2.9 cada uno), juntos suman 5.8 millones de billetes verdes, y su ingreso ayudó a definir la serie.

“Nacho habló conmigo antes del juego —comentó Benedetto, autor del gol que dio tranquilidad a los capitalinos—. Se apartó del grupo y me dijo que iba a estar en la banca de inicio, me dio hasta las razones del porqué, y la verdad es que no tenía por qué hacerlo, uno tiene que trabajar para ganarse la titularidad y también ver por el equipo antes que por uno mismo”.

Pocos equipos pueden darse el lujo que se da el América al tener a sus ‘estrellas’ en la banca.

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