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Encuentra alivio. Ignacio Ambriz recupera la tranquilidad, se le nota sereno y no con la presión de las dos derrrotas en fila que provocaron que su continuidad como entrenador del América se pusiera en duda. Admite que las formas poco importaban, porque era ganar a Jaguares a como diera lugar.
“Al final, era ganar. Necesitábamos sumar. Desde que llegué, siempre he sabido que no hay paciencia. Trabajo con humildad. Es importante sumar para acercarnos a los primeros lugares. Lo importante fue que se ganó”, reconoce.
Las caídas ante Guadalajara, en el Clásico, y frente a León, a media semana, habían cimbrado a Nacho, quien comenzaba a sentir los cuestionamientos en su contra.
“Habíamos perdido partidos. Era importante sacar los tres puntos que nos acercaran a los cinco equipos de arriba. Rescatamos el orden, jugamos muy lateral, no tan profundos. Tuvimos un buen rival. Ricardo La Volpe es muy bueno tácticamente”, explica.
Ambriz expone que el achaque que ha padecido su equipo en los últimos partidos volvió a aparecer ante Jaguares. La escasa puntería deja aún con malestar al entrenador azulcrema.
“Nos costó. Erramos goles en el primer y segundo tiempo. En ese aspecto, el ofensivo, hay que tener calma, contundencia. Tuvimos llegada, malo que no las tuviéramos. Eso sí que me preocuparía”, dice.
En Jaguares vieron a unas Águilas que apuestan al contragolpe en casa.