El delantero uruguayo Luis Suárez hizo hoy un "hat-trick" que propició el triunfo del Barcelona por 3-1 ante el Éibar en otro gris partido del conjunto azulgrana.

El encuentro, correspondiente a la novena jornada de la Liga española, permitió al Barcelona igualar al Real Madrid al frente del la clasificación. Este hecho, junto con la actuación de Suárez, fue lo único rescatable del equipo de Luis Enrique.

Borja Bastón adelantó al modesto Éibar a los nueve minutos en una jugada que ofreció errores en cadena de la defensa del Barcelona.
Marc Bartra sacó mal el balón, Gerard Piqué estuvo desubicado, a Javier Mascherano le ganaron la carrera, Claudio Bravo puso una mano blanda y Bastón marcó con habilidad.

El Barcelona nunca estuvo cómodo. Al Éibar le bastó orden para dificultar los avances del equipo azulgrana, muy previsibles. Sólo las acciones individuales de Neymar, el mejor de su equipo junto a Suárez, sacaron a la hinchada local de su sopor.

El equipo de Luis Enrique igualó a los 21 minutos en una jugada polémica. Sergio Busquets abrió a Sandro, quien sirvió para que Suárez marcara con la cabeza en una jugada eléctrica. El Éibar protestó la posición de Sandro, un fuera de juego que no vio el árbitro.

El Barcelona no ofreció más que detalles de Neymar hasta el final de una primera mitad con más oscuros que claros.

La segunda parte comenzó con el segundo gol del conjunto local. Neymar controló el balón, atrajo a varios defensas, asistió a Suárez
y el uruguayo marcó con un disparo potente.

Pero no se animó el Barcelona a pesar de tener el partido en la mano. Tampoco su hinchada, que de puro aburrimiento se entretuvo durante unos momentos cuando coreó: "Messi, Messi". El argentino ultima su recuperación y vio el encuentro desde un palco del Camp Nou.

El conjunto azulgrana se quedó con diez jugadores a falta de siete minutos para el final del partido por la expulsión de Mascherano, supuestamente por decirle algo grave al árbitro. Sin embargo, Suárez impidió cualquier atisbo de sorpresa al definir con calidad a cinco minutos del final.

Así concluyó otro partido bastante gris del Barcelona, cuyos resultados siguen por encima del juego que propone. Esta vez vivió de las ráfagas de inspiración de Neymar y el poder goleador de Suárez.

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