Más Información
Posibles deportaciones masivas requieren acciones inmediatas: PRI; reducción de presupuesto del INM agrava situación
Diputada propone despenalizar sustancias psicoactivas; pide no criminalizar producción, tráfico, comercialización y consumo de drogas
Analizan reunión de cancilleres para enero; buscan coordinar estrategias antes posibles deportaciones masivas
Sheinbaum: se trabaja para que migrantes puedan acceder a programas del bienestar; colaboran Segob y consulados
Brasil derrotó hoy a Inglaterra por 0-1 y cosechó sus primeros tres puntos para meterse en la lucha por la clasificación en el grupo B del Mundial Sub'17 de Fútbol que se juega en Chile.
En cambio, el conjunto inglés, con solo un punto a su favor, quedo en una difícil situación, pues en la próxima jornada, última de la serie, deberá verse las caras con Corea del Sur, que ha impresionado.
Tras un primer periodo de letargo, la Canarinha encontró su mejor juego en la segunda mitad, en la que presionó a un rival que parecía más preocupado de no perder y encontró la victoria mediante un perfecto tiro libre de Leandro en el minuto 67.
El primer tiempo tuvo poco sabor a buen fútbol y fue avaro en emociones, con dos equipos que lucían disciplinados y con buen trato al balón, pero sin profundidad.
Brasil, que en la jornada anterior fue sorprendido por Corea del Sur, que le ganó por la mínima, no dio la impresión de estarse jugando el todo o nada, aunque tuvo más aproximaciones que su rival.
Por su parte los ingleses, que en su debut empataron 1-1 con Guinea, se preocupaban más que nada de no caer ante un rival al que veían como el favorito del grupo.
En el segundo tiempo Brasil afinó sus instrumentos y comenzó a llegar con frecuencia a la zona sagrada inglesa, creándose ocasiones que se diluyeron en los pies de Luis Henrique en al menos dos ocasiones y de Arthur, mientras su rival tuvo menos oportunidades malogradas por Sterling y Ugbo.
En ese contexto, el gol de Leandro pareció la consecuencia lógica de la superioridad que el gigante de Sudamérica ejercía sobre los europeos, que pagaron caro su timidez a la hora de jugarse por el triunfo y optaron por apostar a mantener su meta en blanco.