El silbante Ricardo Salazar mostró su falta de oficio en un partido muy fácil de arbitrar y que incluso me atrevería a decir que bien se pudo disputar sin juez.

El defensa central argentino Nicolás Otamendi jugó gratis, toda vez que en el penalti, bien señalado a favor de México al minuto 18, debió ser pintado de amarillo. Y luego, al minuto 29, cuando golpeó al ‘Chicharito’ Hernández y fue otra vez amonestado, se tenía que haber ido a bañar temprano por acumular dos tarjetas preventivas.

Pero el peor error arbitral ocurrió cuando amonestó a Rafael Márquez, puesto que la falta, en realidad la había cometido Héctor Moreno. Una falla que un silbante internacional no se puede dar el lujo de cometer.

En la parte complementaria se equivocó al no otorgar sendos tiros de esquina muy claros, uno por bando. Sin embargo, hay que reconocer que no influyó en el resultado del partido.

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