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Clásico nacional de dos polos opuestos. Éxito y solidez institucional contra crisis e inestabilidad. Son las realidades que se enfrentan esta tarde en el Estadio Azteca en otra edición de la máxima rivalidad del futbol mexicano.

América se concentra en ganar el duelo del orgullo y tener su mira en la cima del Apertura 2015. Hace gala de su fuerza sin voltear a ver el desmoronamiento de su acérrimo rival. Desdeña cualquier pregunta acerca de la situación de alarma que tiene el Guadalajara y su riesgo de descenso.

“No quiero tocar eso [los conflictos del Rebaño]. Es la situación que viven ellos. Nosotros estamos en una muy diferente. La gente que tiene que arreglar eso en Chivas es la que mejor podría contestar esa pregunta”, ataja el técnico azulcrema, Ignacio Ambriz.

Los capitalinos son terceros de la tabla de posiciones (18 puntos), mientras que la escuadra tapatía está rezagada con 10 unidades.

Por si fuera poco, los emplumados gozan una racha de cinco partidos en cualquier cancha sin perder con los tapatíos. En esos partidos, América sólo ha recibido una anotación de su contricante.

Guadalajara acude a la cita en el ‘Coloso de Santa Úrsula’, luego de dos semanas turbulentas. Primero, el cese de José Manuel de la Torre de la dirección técnico, además de la de su hermano, Néstor, que ocupaba la presidencia deportiva.

En el lugar del “Chepo”, llegó Matías Almeyda. Pero las palabras de Jorge Vergara, dueño del Rebaño Sagrado, en la que criticó la gestión de sus ex empleados desataron la ira de los hermanos.

Néstor señaló que el empresario tapatío es un “mentiroso”. Pleito mediático al que América quiere ajeno en todo momento.

“Los problemas de Chivas, son de Chivas. Será problema de ellos. No hay que ver quién está mejor o quién está peor. Necesitaremos correr demasiado, jugar bien al futbol, mucha humildad para ganarle a un buen equipo como es Chivas”, explica Ambriz.

El estratega amarillo avisa que hoy en el ‘Coloso de Santa Úrsula’: “Quiero que el equipo se parta el alma por el Club América. Es un partido Clásico. Lo haremos jugando como siempre, al filo del reglamento y con los cuchillos bien guardados en los calzoncilllos”.

Chivas, pese a su crisis interna y de resultados que acusa en los últimos años, aún tiene esperanza de ganar en el Azteca.

“En un Clásico, hablar no sirve. Hay que tener confianza de que podemos ganar”, asegura el delantero rojiblanco, Omar Bravo, capitán de un Guadalajara que hoy luce, en el papel, como víctima.

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