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Para mi gusto, la jugada clave del partido ocurrió al minuto 8, cuando Lucas Alario “agredió”, plancha de por medio, a Guido Pizarro, patada de tarjeta roja indiscutible. Sin embargo, el silbante uruguayo Darío Agustín Ubriaco se limitó a mostrar una tibia tarjeta amarilla, dándole rumbo disciplinario al compromiso.
Luego mostró, por trivialidades, amarillas a cuatro futbolistas felinos en línea. Al minuto 16, a Israel Jiménez; al 18’, Juninho; al 21’, André-Pierre Gignac, y al 25’, José Arturo ‘Palmeras’ Rivas...
Lo demás fue fundirse en un mar de inconsistencias y mediocridad, sin mencionar otras decisiones que influyeran decididamente en el resultado del partido.
