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daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Aún en sus horas más bajas como director técnico del Cruz Azul, Sergio Bueno tiene claro que está al frente de un equipo que jamás debe sentirse menos que el adversario... Mucho menos si el rival es el América.
Serio, admite que el presente cementero contrasta con la lucidez azulcrema, pero recuerda que buena parte de la leyenda que rodea al Clásico Joven tiene que ver con esos fantásticos e inexplicables capítulos marcados por lo inesperado, así es que rechaza la etiqueta de víctima para el juego del sábado.
“No considero que vayamos a vivir ese rol, además de que no me gusta”, sentencia. “¿Cómo por qué seríamos víctimas del América? Creemos que tenemos un equipo fuerte, importante, el cual tendrá que reaccionar en este partido y vamos a jugar al tú por tú con un adversario que está —en la cuestión de números— mucho mejor situado y en un momento anímico diferente por sus últimos resultados, pero esta semana es muy importante para nosotros”.
“El equipo está con ánimo impresionante, ganas de revertir la situación y todos los deseos de ganar”.
Las Águilas tienen el doble de puntos (12) que La Máquina (6), pero el técnico apela a ese sentimiento que ya percibe en sus jugadores, quienes anhelan salir de la crisis justo en el duelo más importante.
“Quizá, por los últimos resultados, pudiera ser que se manejara como una sorpresa en caso de ganar, pero hay mucha gente que sabe que este equipo en cualquier momento va a retomar el buen paso”, sentencia. “Este grupo tiene calidad, jugadores capaces, con mucho temperamento, madurez, y eso lo trataremos de aplicar el sábado para que podamos tener un encuentro victorioso”.
Resultado que podría significarles un punto de quiebre dentro del Apertura 2015. El sistema de competencia les permite mantener el sueño de estar en la Liguilla; a final de cuentas, se encuentran a cuatro unidades de los puestos que dan acceso a la siguiente etapa, pero Bueno sabe que superar al equipo dirigido por Ignacio Ambriz otorgaría beneficios numéricos y anímicos.
Acostumbrado a dirigir clubes sin gran impacto mediático, Bueno vive su primera semana de clásico, seguro de que es “una oportunidad para revertir la situación”.
