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daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Hacía tres lustros que el olor a pólvora en las áreas de las canchas mexicanas no era tan penetrante. Cinco jornadas, con un choque pendiente (Monterrey-Puebla), bastaron para que el Apertura 2015 ya sea histórico.
Los 140 goles marcados hasta ahora ofrecen el segundo mejor promedio por partido (3.2) en los torneos cortos (39 ediciones), el más alto desde el Verano 2000, cuando se hicieron 155 tantos en los primeros 45 duelos, para una media de 3.4.
Plagada de futbolistas extranjeros y naturalizados, la hoy llamada Liga MX parece haber sanado de dos enfermades padecidas durante varios años: ‘empatitis’ y falta de espectáculo.
De los 44 encuentros celebrados, sólo uno no tuvo celebraciones. Fue protagonizado por los Dorados de Sinaloa y los Jaguares de Chiapas en la jornada uno. Otros tres también culminaron igualados: los propios culichis con el Querétaro (1-1 en la fecha tres), Tigres 2-2 Guadalajara ese mismo fin de semana y el del viernes, en el que los Gallos Blancos sacaron un punto de su visita a Veracruz (2-2). Durante la segunda y cuarta jornadas hubo ganador en cada encuentro.
Nunca antes en la historia de los certámenes a una vuelta (Invierno 1996 a la fecha), se dieron tan pocos empates en las primeras cinco jornadas, tendencia que se debe a la ofensiva postura de varios clubes.
Los Pumas y el León tienen a las ofensivas más productivas (13 goles cada uno, para un promedio de 2.6 por partido), aunque los Rayados tienen mejores números. Han hecho 11 anotaciones en cuatro juegos, para una media de 2.8. El América (2.4), el Puebla (2.3) y el Veracruz (2) también alcanzan, mínimo, el par de tantos marcados en cada presentación.
El Santos Laguna y los Dorados son los únicos con promedio inferior al tanto por encuentro. Han realizado cuatro en cinco duelos (0.8).
Con 3.2 goles por cotejo, después de cinco jornadas, el actual certamen iguala en el segundo sitio histórico al Invierno 1998, que tuvo 144 dianas en los primeros 45 choques. Sólo son superados por el 3.4 que arrojaron los Veranos 1999 y 2000.
Si mantiene este ritmo, la fase regular terminará con 487 festejos, cosecha que le daría el quinto mejor promedio de los torneos cortos. Sólo le superarían el Clausura 2004 (3.5), Apertura 2002 (3.4), Invierno 1998 y Apertura 2003 (3.3 cada uno). Quedaría igualado con los Veranos 1999, 2000 y 2002.
Alta producción que se debe, en gran medida, a los futbolistas no nacidos en México, De los 140 goles que han hecho espectacular al Apertura 2015, 95 (68%) han sido firmados por extranjeros o naturalizados. Los mexicanos sólo suman 41 (29%).
Mauro Boselli, delantero argentino del León, es —por ahora— el máximo romperredes, con media docena de anotaciones. Los elementos mexicanos mejor colocados están en el décimo puesto, con tres goles. Son Oribe Peralta (América), Christian Bermúdez (Puebla), Omar Bravo (Guadalajara) y Carlos Peña (León).
Lo que explica la relevancia del talento importado... Al menos para cumplir el sueño de tener un certamen atractivo, con el gol como ‘copyright’.
No ocurría desde hace 15 años, lo que ha provocado que sólo 9% de los partidos hayan finalizado empatados y apenas 2% sin tantos.
Es por eso que el olor a pólvora cada vez es más intenso.