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Guadalajara.— El día después de la hazaña. Omar Bravo ha escrito su nombre en la historia del Guadalajara. Es ya el máximo anotador de la institución. Con sus dos goles ante Morelia, llegó a 123 como rojiblanco y superó a Salvador Reyes. Pero ahora es tiempo de ver hacia adelante. Así es el mochiteco. A lo que sigue. Asevera que alcanzar la mágica cifra nunca le presionó y reconoce que, en cambio, la posibilidad de descenso es algo que sí genera tensión. Por eso, ve hacia adelante. La marca ha quedado atrás y ahora lo importante es mejorar lo más posible el porcentaje de Chivas, para salir del problema.

“Nunca sentí presión, porque he sido muy afortunado de estar en este equipo en tres etapas, eso me dio la oportunidad de acercarme a un histórico como Salvador Reyes y nada más. La presión de aquí es cuestión de saberla manejar, es el tema porcentual, no lo podemos negar, no es lo mismo salir a la cancha sabiendo que cada punto te puede dar la salvación o no, que salir y pelear por puntos para disputar el título. Pero en lo absoluto me presioné, sabía que se podía dar [la marca histórica] si yo respetaba el trabajo en equipo”, explica el capitán.

Ahora, el porcentaje es lo único que preocupa al mochiteco. “No solamente a Omar, es una presión que sabemos que está. Todos estamos presionados, pero lo importante es cómo la sepas manejar. El margen de error es poco cuando peleas por no descender y sabes que cada oportunidad puede ser la última, es con lo que hay que saber vivir, es la situación que está el equipo”, añade.

La marca de Salvador Reyes tardó décadas en ser alcanzada y superada. La de Omar Bravo podría durar también. El delantero rojiblanco sabe que hoy en día es complicado alcanzar una cifra así con un club como el Guadalajara, pues si surgiera un atacante letal, seguramente emigraría.

“Sé que los records están para romperse, pero seguro vendrá otro detrás de mí, eso es innegable. Desconozco si durará la marca, el destino sólo lo sabe Dios”, sentencia.

Ahora, con 123 goles en su carrera como rojiblanco, el capitán del Rebaño se enfoca en la salvación del club. Pero tampoco pierde de vista el futuro individual. Su contrato vence en diciembre próximo. Aún desconoce si renovará o, como se ha rumorado, dirá adiós al futbol, con 35 años de edad.

“Es que, hablando de euforias, sí estoy contento, pero ya, a lo que sigue. Viene Toluca y nosotros estamos jugando nuestro propio torneo, con la necesidad de salir de esto”, concluye.

Agradecido con detractores. Para llegar a la mágica cifra de 123 goles con la camiseta de Chivas, el camino de Omar Bravo estuvo lleno de elogios, pero también de muchas críticas.

Hoy, desde la cumbre, exhibe humildad. Podría regodearse, mas no lo hace. A sus detractores el mochiteco no les guarda rencor alguno.

“No, para nada. Obviamente, a veces la crítica es dura y uno tiene que sacar fuerzas del interior para enfrentar tantas cosas que se dicen y que son parte de este deporte.

“Somos humanos y jamás salgo a una cancha a callar bocas, más allá de cualquier presión que ha existido a lo largo de mi carrera. No tengo rencores con nadie, ni qué callar a nadie. Agradezco porque es parte del crecimiento y parte de este negocio del futbol. Es difícil, pero está mi familia, Dios y la gente que confía en mí. Eso es lo que muchas veces me ha sacado adelante, sin necesidad de demostrarle nada a nadie”, finaliza Bravo.

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