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daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Sergio Bueno afirma que es el técnico indicado para terminar con la sequía que sufre Cruz Azul sin título de Liga, pues dice amar los colores cementeros
Sergio Bueno está enamorado del Cruz Azul desde hace más de 30 años. Fue flechado durante el primer lustro de la década de los 80, cuando jugaba en el Neza y su director técnico era esa leyenda celeste de míticos lances llamada Miguel Marín.
No cumplió el sueño como futbolista y debió pasar por 10 clubes de la hoy llamada Liga MX para hacerlo en el banquillo. Su hoja curricular despierta inquietud en el pueblo cementero, ya que sólo ha alcanzado una semifinal con el Atlas (Apertura 2004), pero el colimense revela que esa puede ser la principal cualidad que le permita ser el hombre que fulmine la sequía azul de casi 18 años sin títulos de Liga.
Al igual que La Máquina, le urge dar la vuelta olímpica.
“Si esta necesidad de ambas partes por lograr cosas importantes se conjuga, que mejor, y que podamos lograr ese ansiado título prontamente”, comparte el estratega, en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL. “Veámoslo de esa forma: totalmente positiva... Así va a ser, porque no podemos fallar”.
“Vamos a cuidar todos los detalles, hasta lo último, para hacer un gran trabajo y que podamos despertar de nueva cuenta esa ambición, no nada más en los jugadores, porque todo el mundo tiene que creer en este proyecto”.
Empieza a lograrlo con las victorias sobre el Guadalajara (1-0) y el León (2-0). Los abucheos a causa de la goleada (0-3), en el debut contra el Morelia, lucen como un recuerdo lejano.
Aunque Bueno intenta tenerlos presentes. Sabe bien que un sector de la afición cruzazulina duda de él, mas confía en ganárselo con base en exhibiciones como la del sábado ante los Panzas Verdes.
“Uno está acostumbrado a que siempre habrá gente con una idea distinta. En este mundo del futbol somos muy dados a que, de repente, tienen que llegar personajes que puedan tener otra repercusión, más mediáticos o que se muevan de otra forma, pero no por algo ya llevo 15 equipos, aparte del Cruz Azul”, subraya. “La gente del medio me conoce: los dueños de los equipos, dirigentes, periodistas”.
“En ese sentido, simplemente estoy alerta. No es que no me importe; al contrario, todas las cosas me entusiasman, ayudan, motivan. Cuando encuentro resistencia, soy el primero en pensar que por algo será y tendré que trabajar, redoblar esfuerzos, para romper eso y que el día de mañana puedan pensar diferente... Podamos tenerlos de nuestro lado completamente”.
Amante de un estilo que pondera atacar, promete que estos Cementeros triunfarán y llenarán pupilas.
“Eso es lo que queremos: ganar y gustar. Poco a poco hemos estado permeando esta intención”, comparte. “Los jugadores están muy receptivos. No tengo duda de que me van a ayudar a que esta idea futbolística impere dentro del terreno de juego”.
Ha mostrado avances, lo que alimenta su ilusión de ser el ‘bueno’, pese a no tener los blasones de otros timoneles que estuvieron antes que él.
“No sé quién necesitaba más a quién. Yo requería en mi carrera a un equipo muy importante”, admite. “Me ha llegado esta gran oportunidad y la tengo que aprovechar al máximo”.
“Sabemos que existe esa exigencia, necesidad, obligación, como lo queramos llamar, pero lo que debe estar presente es el trabajo, deseo, ambición, mentalidad, para que ese objetivo final se pueda lograr”.
Es lo único admisible para un coloso que no ha logrado coronarse durante el presente siglo. Sergio tardó en llegar, aunque considera que lo hizo cuando estaba listo para que ambas partes salden una importante deuda.
“Uno tiene que saber y entender a qué lugar llegó, además de que la situación amerita que te pongas a trabajar de manera muy seria, profesional, tratar de ser inteligente, tomar las mejores decisiones”, asegura. “Que toda esta experiencia acumulada en tantos años, dirigiendo muchos equipos con distintas problemáticas, pueda encauzarse en beneficio de este proyecto”.
Del que se enamoró hace más de 30 años, gracias a un ‘Superman’.