Un terremoto sacudió el sábado a Chile. Esta vez no fue uno de los numerosos movimientos sísmicos que en los últimos años han azotado a este país ubicado en el extremo de Sudamérica, sino el festejo de sus 17 millones de habitantes tras conquistar por primera vez la Copa América.
Asolado este año por sequías en el sur, inundaciones en el norte, dos erupciones volcánicas y un terremoto, la organización del campeonato continental se convirtió en un bálsamo para Chile, que todavía tiene pesadillas por otro terremoto y maremoto de 2010 que mató a más de 500 personas, destruyó 220 mil casas y arrasó con pueblos enteros. Una generación privilegiada de futbolistas avivaba las esperanzas del país de levantar su primer trofeo importante en cualquier categoría.
Ese grupo cumplió el sábado, al superar a Argentina 4-1 en una definición por penales en la final luego de 120 minutos sin goles.
"Nosotros en el camerín nos acordamos de la familia, de nuestro hijos, de la gente que sufrió en Chile, del terremoto, muchas cosas más, y por eso jugamos con garra" , dijo el lateral chileno Mauricio Isla, uno de los jugadores de mejor rendimiento en el torneo. "Demostramos que con garra se puede todo" .
En medio de enormes expectativas, Chile entero arropó a una selección que venía de disputar los octavos de final del Mundial de Brasil, donde llevó al anfitrión hasta los penales y dejó excelentes sensaciones. Cada paso de la Roja fue seguido por fervientes fanáticos, que hacían vigilia afuera del centro de entrenamiento del equipo en un barrio residencial en Santiago, y salían de sus casas para saludar al autobús en sus recorridos.
"Este país necesita estas cosas, porque viene pasando cosas que lo hacen padecer" , dijo el técnico Jorge Sampaoli, un argentino que tomó las riendas de la selección chilena en 2012.
Incluso le perdonaron cualquier indiscreción a los jugadores, como el choque que Arturo Vidal protagonizó mientras manejaba borracho en su Ferrari tras una noche de casino, en plena concentración, o la sanción de Gonzalo Jara que lo marginó de las semifinales y la final por meter un dedo en el trasero al delantero uruguayo Edinson Cavani.
"Siempre nos golpean las tragedias, y nos merecíamos esta alegría" , señaló el central Jorge Rojas, quien reemplazó a Jara en el triunfo de 2-1 ante Perú por las semifinales.
"El pueblo chileno necesitaba triunfos. Algo así tan hermoso como ser campeón de América es lo que necesitaba este país" , apuntó Vidal, uno de los pilares de la selección y quien se salvó de ser sancionado por Sampaoli por el accidente antes de la tercera fecha de la fase de grupos.
"Cuando uno es local, la presión es grande, y este grupo supo mantenerse" , apuntó por su parte el mediocampista José Fuenzalida.