edgar.luna@eluniversal.com.mx

El árbitro pitó y no fue para marcar un penalti al final del juego. Esta vez fue para proclamar campeón a México en la Copa de Oro 2015.

El camino fue largo y sinuoso, lleno de polémica, de contradicciones y de mal juego, pero la Selección Mexicana finalmente logró el campeonato de la Concacaf  y  la oportunidad de disputar el pase a la Copa Confederaciones, en octubre con Estados Unidos.

Ganó la séptima copa, dejando a Estados Unidos, su principal competidor, a dos trofeos de distancia.

La victoria sobre Jamaica en la final celebrada en el Lincoln Financial Field fue clara y contundente. No hubo algo que reclamar.

Miguel Herrera salió vivo del torneo de la Concacaf. Criticado y vilipendiado por sus posiciones políticas y su andar deportivo, llegó a Estados Unidos arrastrando el fracaso de Copa América, para después hundirse en confrontaciones con la prensa, que no llevaron a nada. Cuando el ‘Piojo’ se concentró en lo netamente deportivo llegó a la meta que prometió: ganar, porque de no hacerlo, su puesto hubiera estado en riesgo.

Al final, el verano del Tri no fue tan malo. La Copa América fue un dolor de cabeza, por todo lo que se vivió antes y durante ella, y en la Copa de Oro se sufrió con bajas graves por lesión como las de Héctor Moreno y Javier Hernández, y se padeció con la falta de gol.

Pero el buen futbol llegó y el Tri logró recuperarse de un inicio dubitativo en este juego, en el que Jamaica demostró de nueva cuenta que ya no es sólo músculo y entusiasmo, sino mucho futbol, tanto que Guillermo Ochoa tuvo que intervenir y apretar a su zaga.

Fue clara la actitud del árbitro Joel Aguilar, de El Salvador. En toda pelota dividida, la decisión no favoreció a México, pero a la larga, ni de eso necesitó el equipo de Miguel Herrera, que con Jesús Dueñas por el disminuido Héctor Herrera de inicio, fue mucho más vertical en media cancha y sobre todo más efectivo a la hora de concretar.

Después de la tempestad, del agobio jamaiquino, vino la calma. Poco a poco, con base en triangulaciones y de aguantar los choques físicos, México recuperó posesión y llegada. Vinieron dos de Jesús Manuel Corona, y en ambas al ‘Tecatito’ le ganó la emoción.

Pero el Tri ya estaba con el juego controlado. Paul Aguilar al fin se acordó de centrar bien y lo hizo pasado para la aparición de Andrés Guardado, quien de aire empalmó el balón de manera perfecta para abrir el marcador.

La lógica reacción jamaiquina se apagó con el fin de la primera parte y al inicio de la segunda, Corona al fin controló su entusiasmo para, con disparo desde fuera del área, acrecentar la ventaja.

México comenzó a jugar por nota, hasta exagerar en los taconcitos y jugadas de pared, pero eso sirvió para abrir espacios. Otra vez, Aguilar llegó a línea de fondo, centró raso, el defensa Michael Hector, al intentar rechazar, dejó la pelota muerta en el área para que Oribe Peralta  marcara el tercero.

La Copa era de México.

Por ahí, el fantasma de Trinidad y Tobago quiso regresar cuando en una gran jugada personal, Mattocks metió el del honor para los de Jamaica. Pero no hubo tal hazaña. Al Tri se le fue el cuarto y hasta el quinto gol por confiarse demasiado en la definición.

Al fin, el árbitro silbó y decretó la coronación de México con un título que sí sabe. La Copa de Oro fue polémica y sufrida. El verano ardiente acabó con una sonrisa para la Selección Nacional y también la era de Justino Compeán como presidente de la Federación Mexicana de Futbol, terminó con una alegría y una copa en la mano.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses