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Pocas han sido las selecciones que han dado el salto en las competencias internacionales, ya que cuando nadie daba un quinto por ellos, se acercaron mucho y en algunas ocasiones tocaron la gloria.
En la Euro de 2004, Grecia le ganó el título nada menos que a Portugal, con todo y Cristiano Ronaldo, muy joven en sus filas.
En 1992, también en Europa, Dinamarca, que entró como invitada de último momento, se llevó el torneo ganándole a Alemania en la final.
Así hay otros equipos como el Camerún de 1990, la Corea del Sur de 2002 y Costa Rica en 2014.