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edgar.luna@eluniversal.com.mx
Nueva Jersey.— Un penalti para avanzar o para caer en desgracia. El trinitario Lester Peltier tomó distancia, miró al portero Jaime Penedo, quien desvió el disparó y logró el pase de Panamá, que está en las semifinales.
El disparo de Peltier fue alcanzado por la mano derecha del guardameta, y así, después de 90 minutos de juego, 30 de extra y 10 penaltis tirados, los panameños tuvieron motivos para festejar y por tercer torneo consecutivo se metieron entre los mejores cuatro de la Copa de Oro.
En el tiempo regular, Panamá y Trinidad igualaron a un gol. Los centroamericanos se fueron arriba en el marcador, con tanto de Luis Tejada, en el primer tiempo, pero en la segunda parte fueron igualados con una anotación de la estrella trinitaria Kenwyne Jones.
El juego se volvió en un concierto de fallas en portería, sobre todo por parte de los panameñas, quienes desperdiciaron muchas opciones de acabar con el encuentro en los 90 minutos de tiempo reglamentario, pero el tiempo corrió, se acabó el regular y el extra para que llegaran los siempre temidos penaltis.
Y ahí la suerte jugó del lado de los canaleros.
Al inicio, Trinidad y Tobago hizo un buen futbol. Explotó sus armas favoritas: físico y velocidad para poner en serios apuros a los panameños. Pero la experiencia de Hernán Darío Gómez salió a flote, decidió replegarse para jugar al contragolpe y ahí le fue ganando metros al encuentro y al partido.
Armando Cooper desplegó velocidad y comenzó a meterse al área, donde llegó el error del zaguero Cyrus para que la pelota quedara muerta a Luis Tejada, quien fusiló al portero Phillip.
A partir de ahí, Panamá fue dueño y señor del juego. Con llegadas por todos lados y fallas increíbles en plena área chica del rival.
De tanto perdón, Trinidad y Tobago reaccionó en una jugada aislada y Jones igualó el partido.
El jugar con tan pocos días de descanso comenzó a cobrar factura. Los caribeños se quedaron atrás, sin piernas para responder, y los panameños sin contundencia para ganar.
En el último minuto del juego, Blas Pérez desperdició la oportunidad de llevarse el triunfo a su lado. Tuvo la victoria en sus botines
El tiempo extra pasó sin pena ni gloria. Los de Trinidad saltaron de gusto cuando terminó el partido. Ya se sentían vencedores.
Llegaron los penaltis. En la serie de cinco, el marcador fue de 3-3. Llegó la muerte súbita. Llegó el drama.
Fue hasta el noveno penalti que se marcó la diferencia. El veterano Blas Pérez metió la pelota dramáticamente por el centro y llegó el turno de Peltier, quien se desvaneció sobre el césped cuando Penedo alcanzó a tocar con la yema de sus dedos el balón, enviándolo al poste, enviando a Panamá a las semifinales.