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Baltimore.— La selección de Estados Unidos tendrá una nueva prueba a su poderío en la Copa de Oro al abrir en Baltimore los cuartos de final frente a Cuba, que busca replantear su plantilla tras sumar cuatro deserciones hasta ahora.
Estados Unidos llegó invicto como líder del Grupo A, con dos triunfos y un empate. Aunque no ha mostrado lo mejor de su futbol, sus resultados son fríos y no dejan dudas.
El entrenador alemán Jürgen Klinsmann ha tratado de mantener a sus jugadores con las botas sobre el césped mientras prueba nuevas sensaciones sin jugadores que estuvieron en la fase de grupos: el delantero Jozy Altidore, que será reemplazado por Allan Gordon; además del defensa del Dynamo de Houston DeMarcus Beasley.
“Necesitamos a los mejores jugadores para la recta final del torneo donde todo se decide a un partido y por lo tanto debemos competir desde el primer minuto”, declaró Klinsmann.
Estados Unidos ya ganó a Cuba ocho veces, empató una y perdió la otra en la historia común de enfrentamientos. Su derrota ante los cubanos fue en 1947, en La Habana, cuando ambos países todavía mantenían relaciones diplomáticas, algo que volverá a suceder dos días después del partido de mañana, tras 54 años de ruptura y enfrentamiento ideológico.
Estados Unidos y Cuba ya se enfrentaron en cuartos de final, en la edición de 2003. El equipo de las Barras y las Estrellas goleó por 5-0, con cuatro tantos de Landon Donovan.
“Todo eso es historia, ahora tenemos un partido nuevo”, destacó Klinsmann. “Sabemos que será un partido muy difícil y complicado”.
Dentro del equipo cubano se mantiene un hermetismo completo en torno a la ausencia de los jugadores Keiler García, Arael Argüllez, Darío Suárez, y Ariel Martínez, el último que dejó la concentración sin que se sepa su paradero. Agencias