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Phoenix.— Existen derrotas honrosas y la que sufrió Cuba fue una de esas. La selección cubana, maltratada por deserciones, falta de visas y sin una Liga profesional en su país, dio un ejemplo de pundonor y de gusto por el juego, a pesar de caer 2-0 ante Trinidad y Tobago, equipo que ya se encuentra clasificado a cuartos de final de Copa de Oro.

Cuba, ya con una plantilla de 20 jugadores (llegaron cinco, se fueron dos y uno no pudo entrar al país), dio un buen juego ante los trinitarios. De la mano de su centro delantero estelar Maikel Reyes opuso una agradable resistencia, pero lamentablemente, nunca un sólo jugador ha podido llevar al triunfo a todo un equipo y el problema de los antillanos es ese: tiene a un sólo jugador que puede marcar la diferencia; los demás, no tienen el nivel para competir.

La falta de experiencia salió a relucir rápidamente, ya que apenas al 4’, un pase largo fue rematado por Ataulla Guerra. El portero del mismo apellido, pero de nombre Diosvely, rechazó para que el defensa central Sheldon Bateau fusilara.

Trinidad se fue arriba en el marcador. Se esperaba lo peor para los cubanos y más cuando, en un contragolpe, Andre Bocaud anotó el segundo, a los 14 minutos de juego. Todos vaticinaban goleada.

Menos los cubanos. La pregunta que queda, y será un triunfo para ellos, es saber con cuántos jugadores terminarán su participación.

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