El Barcelona festejó el segundo triplete de su historia con una multitudinaria “rúa” por las calles de la capital catalana y un fin de fiesta en el estadio Camp Nou, que incluyó los tradicionales discursos de los jugadores y un innovador homenaje a los tres títulos conquistados por el equipo de Luis Enrique Martínez.
Durante más de tres horas, subidos en un autobús descapotable que exhibía las tres copas en su frontal, los flamantes campeones de Europa compartieron los triunfos que les valieron ganar su vigésima tercera Liga, vigésima séptima Copa del Rey y quinta Champions, obtenidas esta temporada, con los miles de aficionados que se lanzaron a las calles de la ciudad para seguir el recorrido del tricampeón.
“Ya vieron que la ambición de estos jugadores no tiene límite: tenemos tres copas como tres soles”, afirmó Luis Enrique, ya en el Camp Nou.
“Saben, como nosotros, que no ha sido fácil. Han estado ahí respaldando y se los agradecemos. Seguimos haciendo historia. Vamos a intentar que en el futuro siga siendo así y les pido que nos sigan apoyando”, prosiguió.
Sin que fueran explícitas, las palabras de Luis Enrique, incluyéndose en el intento, sonaron a pista sobre su no confirmada, pero deseada continuidad al frente del Barcelona.
Como acostumbra, Gerard Piqué ejerció de maestro de ceremonias de una celebración regada con alcohol y amenizada por un speaker que no dejó de recordar que “el Barcelona es el único equipo del mundo que ha logrado dos tripletes”.
Xavi, envuelto con las banderas catalana y del Barça, se acomodó en la parte trasera del autobús. Observó divertido cómo Piqué pateaba y bateaba las zapatillas de varios de sus compañeros, que los hinchas recogieron.
Luego, en el estadio y micrófono en mano, agradeció la “gran despedida” que este año le regalaron sus compañeros y cuerpo técnico con los tres títulos que alzó.
El astro argentino Lionel Messi, uno de los jugadores más coreados por la hinchada junto a Xavi y al director técnico Luis Enrique, fue mucho más discreto y, como en la cancha, exhibió complicidad con Luis Suárez, quien se puso la bandera uruguaya de falda, y Neymar, que también se envolvió en la de su país.
“Volver a estar acá y festejar esto es algo increíble, después de un año difícil. Volver a levantarnos es espectacular, hay que disfrutarlo y mucho” , propuso la ‘Pulga’.
“Es difícil, pero no tengo dudas de que vamos a seguir, porque este grupo tiene muchas ganas y expectativas”, prosiguió el sudamericano, mientras Neymar le reverenciaba.
Los discursos de los jugadores sucedieron a una ceremonia en la que, con el estadio blaugrana iluminado por la luz de los celulares de los aficionados, el club recorrió algunos de los momentos más decisivos de los títulos conseguidos, incluidas las cinco Champions que exhibe en sus vitrinas.