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edgar.luna@eluniversal.com.mx
“¿Psicólogo?”, responde Miguel Herrera con tímida sonrisa.
Han sido días complicados para el técnico nacional. Desde aquel ‘tuit verde’ polémico, pasando por el mal desempeño del equipo mexicano en Copa América, hasta la ya famosa conferencia en el aeropuerto, donde simplemente, el ‘Piojo’ venció a Miguel.
Ayer, cuando aparece el “Dicen por ahí que necesitas un psicólogo”, el entrenador de la Selección Nacional prefiere hablar de sus responsabilidades.
“Claro que hay presión. La traigo desde que se perdió la pasada [Copa de Oro en 2013, con José Manuel de la Torre a cargo]. Por eso hay que ganar ésta y eso no te garantiza que vayas a la Copa Confederaciones, porque tienes que disputar otro juego con Estados Unidos”.
Miguel quiere mostrarse tranquilo, seguro, alejado del escándalo y más cercano al trabajo de cancha, que es para lo que finalmente lo trajeron a la Selección Nacional. “Me siento bien. Claro, te frustras cuando no consigues tus objetivos, pero eso ya pasó, tienes que quitarte ese chip y ponerte el nuevo, por eso me voy a conectar a éste”.
Por ello, antes de iniciar la charla, propone: “Lo que pasó el sábado, ya pasó. Hablemos de la Copa de Oro”.
Pero faltaba una respuesta.
—Dicen que necesitas un psicólogo...
“Je, je... Estoy bien”, dice, con voz bajita y la mirada al suelo.
Herrera no pretende ser un hombre nuevo. Entre el ‘Piojo’ y Miguel, él prefiere quedarse con los dos, pues eso, su pasión, su desfachatez y quizá hasta sus arranques, son los que lo han llevado hasta donde está.
“Sigo siendo el mismo, sigo con la misma ilusión, sigo disfrutando las victorias y también las derrotas”, explica.
Quizá el entrenador se dio cuenta de que esto, a final de cuentas, es un juego... y todo depende de los resultados.