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Josep Maria Bartomeu presentó hoy su candidatura a la presidencia del Barcelona enarbolando el "triplete" logrado por el equipo de futbol hace apenas dos semanas bajo su mandato y la buena gestión económica realizada por su junta.
"Hemos abierto un ciclo ganador. Aunque parece que no se ha notado, hemos ganado un triplete y queremos seguir trabajando para que el Barça siga creciendo" , afirmó Bartomeu, en el lanzamiento de su campaña electoral.
Bajo el lema "Bueno para el Barça" , el ex presidente azulgrana hizo un breve recorrido por su reciente gestión, recordó la "complicada situación económica" en la que la directiva presidida por Sandro Rosel recibió el club en 2010 y destacó la buena situación financiera de la entidad ahora.
"Éste es un proyecto ambicioso con mucho éxito y con una situación envidiable. El Barcelona es el primer club del mundo en llegar a los 600 millones de euros en ingresos" , presumió Bartomeu.
Aunque las encuestas lo colocan en el primer lugar en intención de voto de los socios del Barcelona, el ex presidente azulgrana rehúye favoritismos y esgrime con modestia el arma de Luis Enrique, el entrenador del segundo "triplete" en la historia del club, al que renovó justo antes de convocar oficialmente las elecciones del próximo 18 de julio.
"Le agradezco a Luis Enrique el gesto que tuvo de renovar porque había cierta inquietud entre la gente y por eso lo hicimos" , esgrimió hoy Bartomeu.
Paradójicamente, el técnico que acabó conquistando el "triplete" y que ahora puede servirle como gran baza electoral estuvo en el origen de la convocatoria anticipada de los comicios.
La tensa relación de Luis Enrique con Lionel Messi a inicios de año, cuando el Barcelona pudo atrapar el liderato de la Liga española de fútbol y, en cambio, cayó en la cancha de la Real Sociedad sin el astro argentino ni el brasileño Neymar en el once titular, levantó una polvareda que amenazó con costarle el puesto al entrenador español.
Bartomeu, acuciado también en los juzgados por el caso Neymar, pareció entonces contra las cuerdas, casi tan cuestionado como Luis Enrique. Su gestión de la crisis, sin embargo, demostró su hasta entonces desconocida capacidad para resolver problemas de calado.
El mandatario azulgrana destituyó a Andoni Zubizarreta, el director deportivo, mantuvo a Luis Enrique al frente del banquillo, convocó elecciones para rebajar la tensión en el entorno y, entre tanto, medió para que el técnico y Messi dejaran a un lado sus diferencias y trabajaran por un objetivo común.
La jugada no le pudo salir mejor a Bartomeu, el segundo presidente en la centenaria historia del Barcelona en conquistar en la misma temporada Liga, Liga de Campeones y Copa del rey.
Joan Laporta, su principal contrincante ahora en la carrera por la presidencia del club azulgrana, fue el otro, en 2009, cuando Josep Guardiola estaba al frente del banco del Barcelona.
Conciliador como acostumbra y peor orador que Laporta, Bartomeu mostró hoy su respeto por la candidatura de su gran rival, con quien compartió junta durante los primeros años de mandato de Laporta, y por las del resto de precandidatos que, como ellos, aspiran a presidir el Barcelona del "triplete" a partir del próximo mes.