Querétaro.— Mientras Édgar Pacheco y Orbelín Pineda felicitaban a Danilinho por sus dotes histriónicos, Antonio Naelson ‘Sinha’ tomó el balón para entregárselo a Ronaldinho. Porque hasta entre hechiceros hay diferencias.

El brasileño, naturalizado mexicano, estaba convencido de que el hombre de la enigmática sonrisa anotaría el penalti inventado por el árbitro Óscar Macías. No se equivocó... Aunque jamás imaginó tanto drama.

Óscar Jiménez adivinó y llegó a la cita con el balón, pero sus manos carecieron de fuerza y se le escurrió. Agónico gol (96’) que confirmó el estatus de nuevo héroe queretano para el astro y puso a los Gallos Blancos en el umbral de la fase final.

Apretada victoria (1-0) que pone a los dirigidos por Víctor Manuel Vucetich, momentáneamente, en el quinto sitio. Aún dependen de resultados, pero han hecho lo suyo.

De entrada, han sembrado temor en el América, el Cruz Azul, los Xoloitzcuintles de Tijuana y el Santos Laguna, clubes obligados a ganar, excepto las Águilas, a las que bastaría igualar con el Atlas.

Es por eso que la multitud rugió tras padecer un instante de terror. Miles de corazones amagaron con exprimirse por el lance del meta de los Jaguares de Chiapas, pero su blooper los revivió... Al igual que al ‘Rey Midas’, quien se abrazó con sus jugadores, al tiempo que el genio mostraba su ya no tan trabajado tórax.

No importó. Aunque sea de casualidad, Ronaldo de Assis mantiene ese ángel que le permite definir los encuentros importantes.

Durante los más recientes días, solicitó ponerse al corriente en cuanto a las interminables solicitudes de autógrafos que ha recibido en su estancia con los Gallos Blancos. Lucía como el preludio del adiós, mas la suerte, la ineptitud del silbante y su esencia ganadora le permitieron alargar esta ‘sui géneris’ historia... Aunque sea por unas cuantas horas,

Le queda un año de vínculo con el Querétaro, pero ha trascendido que no lo cumplirá y emigrará a la Major League Soccer (MLS).

Su sentido festejo pareció confirmarlo. Tras sufrir por su débil cobro y la intuición de Jiménez, el genio de la ensortijada cabellera corrió sin freno para celebrar su, hasta ahora, gol más importante en el futbol mexicano.

Dio lo mismo si fue de casualidad o proveniente de una falta que sólo el juez central observó.

Porque lo de Gabriel Farfán fue un simple roce con la espalda de Danilinho, quien se derrumbó en el área felina tras sentir los dedos del lateral izquierdo. El sudamericano vendió y Macías compró.

Lo demás, un nuevo capítulo de esa fantástica odisea que lleva poco más de tres lustros.

Por lo que Sinha jamás dudó en optorgarle la pelota. Ronaldinho tampoco se lo pensó para felicitar a Tiago Volpi después del silbatazo final. El hechicero rindió un pequeño homenaje a otra pieza clave, porque el arquero mantuvo vivos a los Gallos Blancos con sus atajadas.

Detalle casi imperceptible para la multitud, que despidió a su nuevo héroe como ‘rock star’, con la esperanza de que habrá Liguilla. Redacción

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