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Agustín Marchesín no aguantó más. Con los ojos borrosos por la incontrolable caída del néctar de la gloria, el arquero del Santos Laguna se desplomó en su área al escuchar el silbatazo final del árbitro Francisco Chacón. De la tranquilidad a la angustia, combinada con la frustración, pero el argentino se las ingenió para guiar a un equipo que supo reponerse hasta de sus propios temores.
El Querétaro se quedó a dos goles de la hazaña, porque fue lo que le permitió el nuevo campeón de la hoy llamada Liga MX. Derrota (0-3, 5-3 global) que quedará como simple anécdota, porque los Guerreros volverán a La Comarca como nunca lo habían hecho: con el trofeo de monarcas.
Quinto título de Liga en su historia, primero que logran como visitantes. Lo hicieron con demasiada angustia. Maestros del masoquismo que se unen al Pachuca como el séptimo club más ganador en la historia del balompié local.
Son el segundo (junto a Tuzos) más ganador en los torneos cortos. Su quinta coronación los pone a dos del Toluca; rompieron el empate que tenían con los Pumas y las Águilas del América.
Víctor Manuel Vucetich coqueteó con otro milagro. El problema fue que su equipo se quedó sin aire para el complemento. Los goles de Mario Osuna (10’), Yasser Corona (20’) y Ángel Sepúlveda (37’) alimentaron la ilusión, mas Pedro Caixinha ajustó durante el descanso y la adrenalina terminó.
Lo de los minutos finales fue sencillo para el campeón, pese a que la tensión nunca abandonó La Corregidora. El Querétaro obsequió un partido completo de la serie y el Santos Laguna sólo 45 minutos. Esa fue la diferencia. Ironías del balompié nacional: una final definida por dos tantos sólo pareció tal en el último de sus cuatro tiempos.
Los norteños aprovecharon cuando fueron mejores. Sí, el discípulo del polémico José Mourinho ganó la partida al ‘Rey Midas’.
Y ahí, en una esquina del campo, el hechicero de la ensortijada cabellera perdió la enigmática sonrisa. Ronaldinho no alargó su racha de ser campeón en todos los equipos que milita. Es probable que el de anoche haya sido su último partido en México.
Por eso se derrumbó al final, igual que el portero Marchesín, pero por causas diferentes.
hgm