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daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Hace algunos meses, durante una reunión familiar, Justino Compeán Palacios(ciudad de México, 30 de julio de 1940) informó a sus seres queridos que había llegado el momento de dar un paso al costado. Dejaría la presidencia de la Federación Mexicana de Futbol tras cumplir 75 años de edad.
Poco más de medio siglo de trayectoria profesional está a punto de llegar a su fin, porque aún le quedan varios cargos a nivel internacional, como la vicepresidencia de la Concacaf, además de ser el principal organizador del Congreso de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) que se efectuará en México el próximo año, con motivo del 50 aniversario del Estadio Azteca.
Ese es Compeán, un hombre para el que jamás han existido los límites. Nunca los conoció, ni siquiera cuando incursionó en ámbitos muy diferentes al que hoy le otorga fama y críticas.
Titulado como administrador de empresas por la Universidad Iberoamericana, donde fue compañero del ex presidente de México, Vicente Fox, el hoy directivo destacó en otras industrias. Fue parte del comité organizador del Festival ‘Rock y Ruedas’ de Avándaro (1971), aquella copia mexicana del legendario Woodstock, parteaguas en la historia musical del país.
Para entonces, ya tenía ocho años de experiencia en el ramo de la administración, ese en el que ha destacado durante poco más de cinco décadas. Con él al mando, la FMF se volvió redituable, con ganancias que superan los 400 millones de dólares.
Su primera experiencia fue en la agencia de publicidad McCann Erickson Stanton, actualmente una de las más importantes del planeta. Manejó cuentas de empresas como Coca-Cola, Bimbo, American Airlines y Nestlé.
Hábil para negociar, aunque su talento más grande siempre ha estado en la facilidad de hallar opciones de crecimiento. Tardó poco más de 10 años en llegar a la presidencia de la hoy red global de agencias de publicidad (1976). Es, hasta ahora, el único mexicano que ha ocupado el cargo.
Sus facultades deslumbraron a Emilio Azcárraga Milmo, quien lo contrató como vicepresidente de publicidad y prensa de Televisa, en 1980. Empezaba una carrera que lo llevó a la cumbre en uno de los ramos más importantes de la empresa: el futbol.
Antes de llegar a ese deporte del que, él mismo confiesa, no sabe mucho, colaboró para impulsar varios proyectos, como Grupo Videovisa o la producción de telenovelas en inglés. No conoce límites y pocas veces dice “no”, cuando se trata de encabezar un proyecto, por más difícil que parezca.
Es por eso que Guillermo Cañedo de la Bárcena lo integró al equipo que tuvo a su cargo la organización del Mundial México 1986. Fue su primer contacto con esa disciplina a la que ha estado ligado durante casi 30 años.
Siempre entregó buenas cuentas, así es que Emilio Azcárraga Jean le confía ser el presidente ejecutivo del comité organizador de la Copa Confederaciones México 1999. Un año después, asume la presidencia del Necaxa; es clave en la mudanza de la institución a Aguascalientes (2003).
Su visión de negocios le permite diagnosticar que los Rayos necesitan salir del Distrito Federal. Durante los primeros años, parece ser la decisión ideal... Hasta que los malos resultados aparecen y, en 2009, pierden la categoría por primera vez.
Compeán ya no presidia al club rojiblanco. También había dejado de ser el tesorero de la FMF, cargo que ocupó de 2000 a 2006. Su facilidad para hacer negocios hizo que le otorgarán uno de los puestos más trascendentales en todo el organismo.
Llegó al principal, en septiembre de 2006, en sustitución de Alberto de la Torre. Los dueños de equipos de la Primera División consideraron que era necesario colocar a un hombre experimentado en los rubros futbolístico y comercial. Compeán cumplía el perfil, sin importar su poco conocimiento en lo que ocurre sobre el campo.
También fue director del ‘Coloso de Santa Úrsula’, pero su época dorada llegó al frente de la Federación, esa que dejará a partir del 1 de agosto, cuando ya tenga 75 años de edad, como se lo prometió a su familia.
