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El primer paso del divorcio entre Tony Romo y los Cowboys de Dallas, se ha dado.
El propietario de los Cowboys, Jerry Jones, habría notificado al resto de los equipos de la NFL que tienen autorización para conversar con su quarterback.
De acuerdo a un reporte de NFL Network, el equipo habría informado al resto de la liga que tienen permitido contactar a Romo para programar un entrenamiento, visita o prueba física y que “están limitados a conversaciones respecto al contrato del 2017 al 2019.
El permiso de Jerry Jones se refiere sólo a la posibilidad de que alguien esté dispuesto a asumir el contrato que le queda a Tony Romo, que tiene firmado para ganar 14 millones en 2017, 19.5 en 2018 y 20.5 en 2019 con los Cowboys.
En caso de que los Cowboys acuerden un traspaso, liberarán 5.1 millones del tope salarial.
Romo perdió la titularidad luego de lesionarse durante la pretemporada, permitiendo que Dak Prescott —elegido eventualmente como Novato Ofensivo del Año— asumiera su puesto y guiara a los Cowboys a la postemporada.
En su carrera, Romo, quien fue firmado por Dallas como agente libre no reclutado en el draft del 2003 procedente de Eastern Illinois, ha completado 2,829 pases para 34,183 yardas y 248 touchdowns con 117 intercepciones.
Los Texans y los Broncos han sido mencionados con mayor frecuencia como posibles pretendientes para Romo, pero tampoco han mostrado mucho interés en la negociación por el quarterback de ascendencia mexicana.
Algunos reportes señalan que Romo tendría ofertas para convertirse en analista de televisión para la próxima campaña.
A días del draft, el caso de Romo sería algo similar con lo que sucedido a Peyton Manning en 2012, que sería escuchar propuestas de los equipos para tomar una decisión sobre los colores que vestiría en la última etapa de su carrera y el salario que mejor le convenga sin dejar lo deportivo de lado.