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La historia no ha sido buena con las ofensivas, sin importar qué tan buenas sean, cuando se enfrentan ante la mejor defensa de la NFL. Recientemente esto quedó claro cuando los Broncos de Denver, el mejor ataque, enfrentaron a los Seahawks de Seattle, la mejor defensa, y fueron derrotados por 43-8 en el Super Bowl XLVIII.
Para esta edición, se viene otro choque de fuerzas. La mejor ofensiva, Falcons de Atlanta, se enfrenta a la mejor defensa, Patriots de Nueva Inglaterra. La única vez en la historia de la Liga que el ataque le ganó a la retaguardia fue en 1989 cuando los 49ers de San Francisco comandados por Joe Montana acabaron con los Broncos 55-10.
A pesar de que la historia le da la ventaja a los Patriots, el coordinador defensivo, Matt Patricia, no descansa ni se confía para el gran juego del 5 de febrero. Con lápiz sobre la oreja, la gorra bien puesta, la sudadera ajustada y la abultada barba, el discípulo de Bill Belichick se prepara para enfrentar al mejor ataque por puntos de la NFL.
Originario de Nueva York, Patricia tiene 42 años de edad, de los cuales 12 los ha vivido con el equipo de Nueva Inglaterra. Pasó de ser entrenador asistente a encargado de los linieros, a coordinador de toda la defensa. Podrá sonar fácil o algo normal, pero cuando el entrenador en jefe es Bill Belichick, no es sencillo.
En 2004, cuando Matt Patricia llegó a la entrevista en el Gillette Stadium nunca imaginó que el entrenador que acababa de ganar un Super Bowl iba a ser el encargado de hacer las preguntas y ponerlo en tantos aprietos. Considerada por Patricia como “la peor entrevista de mi vida”, éste abandonó el inmueble con la cabeza revuelta.
Lo inesperado por él sucedió. Los Patriots llamaron a Patricia para darle el empleo y muchos podrían imaginar que su respuesta inmediata fue un fuerte y claro “sí”, pero eso no sucedió. Patricia contestó que tenía que preguntarle a su esposa y el equipo simplemente retiró la oferta. Para ellos no estaba lo suficientemente comprometido.
El currículum de Matt Patricia era flojo, sencillo y para nada llamativo. Estuvo dos temporadas como entrenador de la línea defensiva en Amherst College y luego tres campañas como asistente graduado en la Universidad de Syracuse. Y como jugador no tuvo el perfil que requería y tampoco experiencia en grandes equipos. Luego de otras pláticas consiguió el puesto.
Patricia es un ingeniero aeronáutico graduado del Instituto Politécnico de Rensselaer, con dos años de experiencia laboral en una empresa de sistemas de limpieza. Sin embargo, para Belichick él era un asistente joven con la mente limpia la cual podía moldear.
Es sabido por muchos que Bill Belichick es un adicto a los videos deportivos, pasa horas examinando cada jugada del equipo contrario para luego armar las propias. Esto se lo enseñó a Patricia, quien pasa largas jornadas viendo videos en su oficina. Algunas veces se quedó dormido en el escritorio hasta que un día llevó un colchón inflable para pasar la noche y estar más cómodo.
La disciplina que aprendió en la carrera, el pensamiento estructurado, riguroso, sistemático y la atención que tiene por los detalles lo han llevado a ganarse la confianza de Belichick y ser su mano derecha.
Inclusive, algunos dicen que parece que el entrenador en jefe de los Patriots creó a Patricia en un laboratorio. Esto por la semejanza entre ambos, porque además de la vestimenta, cuando jóvenes ninguno fue un gran jugador.
Matt Patricia logró hacer de una defensa frágil, otra que no aceptó más de 15.6 puntos en promedio en la temporada. Se ganó la confianza de Belichick y el respeto de los jugadores, sobre todo de los veteranos. Demostró que saber qué le sucede a un cohete con la fuerza gravitacional sirve para armar jugadas creativas y ver el esquema contrario.
Es la primera vez en las nueve ocasiones que los Patriots han disputado un SB que se enfrentarán con una ofensiva mejor que la de ellos. Sin embargo, ni las estadísticas, ni las apuestas, ni la historia de las defensivas ganadoras bajan la guardia del que sería la clave y el genio detrás de la defensa, Matt Patricia.